El filósofo español Fernando Savater ganó ayer el LVII Premio Planeta de Novela con su obra «La hermandad de la buena suerte», un libro de «aventuras» y «ficción pura», mientras su compatriota Angela Vallvey quedó finalista con «Muerte entre poetas».
«Es una novela de aventuras con un poquito de aliño metafísico y ambientada en las carreras de caballos que a mí me fascinan», afirmó Savater al recibir el galardón en el curso de una cena, presidida por la Infanta Cristina y el presidente del grupo Planeta, José Manuel Lara.
«La hermandad de la buena suerte», que Savater presentó bajo el pseudónimo de Patricio y con el título de «La curva del Pardo», que hace alusión a una parte del hipódromo madrileño de la Zarzuela, es la historia de un hombre muy rico que contrata a unos mercenarios para encontrar a un jockey que ha desaparecido.
«Es una obra de ficción, ficción pura, inventada», afirmó Savater, precisando que no es una novela que mezcle ficción y realidad tal como se hace ahora, bajo la atenta mirada del jurado del premio compuesto por Alberto Blecua, el peruano Alfredo Bryce Echenique, Pere Gimferrer, la uruguaya Carmen Posadas, Rosa Regí s, Carlos Pujol y Alvaro Pombo.
«Me divertí mucho escribiéndola», añadió el filósofo español, de 61 años, quien ya había sido finalista con «El jardín de las dudas» en 1993 cuando ganó el escritor peruano Mario Vargas Llosa con «Lituma en los Andes».
Autor de novelas como «Misteriosos gozosos», «Catón, un republicano contra el César» o «El último desembarco», Savater es más conocido por su producción ensayística con obras como «Nihilismo y acción», «La tarea del héroe», «Contra las patrias» o «El valor de elegir».
«Casi he ganado el Planeta», bromeó, por su parte, Vallvey al recibir el galardón con la acredita como finalista del premio literario español mejor dotado económicamente con 601 mil euros para el ganador y 150.250 euros para la finalista.
«Muerte entre poetas», que Vallvey presentó con el título de «La inocencia de los bárbaros» y con el pseudónimo de Barfleur, recrea las aventuras de un poeta, que es también detective aficionado y que acude a una reunión poética en Toledo, donde conocerá a grandes figuras de las lírica española contemporánea.
La reunión es convocada por la viuda de un poeta para hacerle un homenaje póstumo, en el que se producirá otra muerte, centro de las investigaciones de los protagonistas del libro de la autora, quien al igual que Savater proclamó su amor por la lectura.
La finalista hizo un elogio de los libros que siempre le «han salvado del aburrimiento y la soledad».
«Donde hay un libro tarde o temprano ronda un lector y donde hay un lector nace una esperanza para este mundo desolado», añadió la autora, también colaboradora con distintos medios de comunicación españoles, que da un gran paso en su carrera literaria con este galardón.
Vallvey, quien se inició en la literatura con novelas juveniles, ganó en 2002 el premio Nadal con la novela «Los estados carenciales», una obra basada en la Odisea de Homero, y en 2004 se alzó con el premio Ateneo de Sevilla de Poesía con su poemario «Nacida en cautividad».
En nombre del jurado, Pombo señaló que las dos novelas ganadoras son «tan distintas como un huevo y una castaña: Por un lado, tenemos un elogio del caballo, y por otro una refutación de los poetas».
Savater había sonado desde el principio como favorito para el galardón, al que este año se presentaron un total de 528 novelas de todo el mundo, 57 provenientes de Latinoamérica, el mayor número de originales recibidos por los organizadores en los 57 años de historia del premio.