Sarsgaard con 2 personajes oscuros muy diferentes


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Peter Sarsgaard acoge los efusivos elogios que ha recibido por sus dos personajes oscuros más recientes: esposo manipulador de una estrella porno en la cinta biográfica «Lovelace» y preso sentenciado a muerte, violento pero compasivo, en la serie de AMC «The Killing».

Por LAURI NEFF
NUEVA YORK /Agencia AP

En una entrevista reciente, el actor dijo que conectarse con su público ha sido una recompensa. «Es como, ‘¡Yupi, hice un buen trabajo!’ Es fantástico».

En «Lovelace», que se estrena el viernes, Sarsgaard encarna a Chuck Traynor, el esposo de la estrella de «Garganta profunda», Linda Lovelace. Como Lovelace luego alegó, la película muestra a Traynor obligando a su esposa a trabajar en el negocio de la pornografía y abusando física y emocionalmente de ella, incluso forzándola a tener relaciones sexuales con otros hombres.

Amanda Seyfried, quien hace el papel de Lovelace, calificó al Traynor de Sarsgaard como «maligno y egoísta». La compañera de reparto Debi Mazar expresó que cuando estaba metido en el personaje, Sarsgaard era «aterrador y espeluznante» en el plató.

En la serie de TV «The Killing», cuya temporada terminó con el capítulo transmitido el 4 de agosto, Sarsgaard interpretó a Ray Seward, un preso sentenciado a muerte por el asesinato de su esposa, y cuyos ataques de ira incontrolables y burlas maliciosamente jubilosas se entremezclan con gestos sorpresivamente vulnerables y compasivos.

Mientras ambos personajes son violentos, son «extremadamente diferentes», dice Sarsgaard: «Ray no pasaría ni cinco minutos con Chuck y no le tendría el más mínimo respeto, para nada».

Para el actor, Chuck es un hombre «perdido» que cree que encontró algo de verdad con Lovelace y que se torna violento cuando «siente que la está perdiendo» y se pone celoso de la atención que ella recibe. Sarsgaard describe a Ray como una persona «muy disciplinada» con «una especie de nobleza interior» e «ideas fuertes sobre lo que está bien y lo que está mal».

Encontrar los matices de personajes aparentemente sórdidos y frágiles ya es una especialidad para Sarsgaard, quien alcanzó notoriedad con su interpretación de papeles tan provocadores como el homofóbico John Lotter en «Boys Don’t Cry» («Los muchachos no lloran»).

Sarsgaard dijo que cree que ver el claroscuro de un personaje es «ser realista», pues si «uno ve a una persona todos los días, verá ambas cosas (su lado bueno y su lado malo) todo el tiempo».

Añadió que ha estado observando el comportamiento de la gente desde pequeño, cuando estuvo expuesto a una variedad de ambientes porque su familia se mudaba con frecuencia: «Yo era sólo un niño. Viví en 12 lugares diferentes. Absorbía a la gente constantemente».