Sarkozy, un año después de asumir


Los estudiantes de instituto se manifiestan el 24 de abril de 2008 en Estrasburgo para protestar contra las reformas del Gobierno francés para reducir la enseñanza de posiciones el próximo año. Los cortes de trabajo son la parte de un paseo(de una unidad de disco) por el gobierno de derecha del Presidente Nicolas Sarkozy para aerodinamizar el servicio público y el corte el enorme déficit de gastos de Francia. La bandera lee en el derecho son:

Nicolas Sarkozy, que fue candidato y elegido presidente de Francia bajo el signo de la «ruptura», el cambio radical que pretendí­a aplicar a la polí­tica, es ahora el mandatario más impopular al cabo de un año de ejercicio desde la vigencia de la actual Constitución (1958).


Hace exactamente un año, Nicolas Sarkozy obtení­a una cómoda mayorí­a sobre su rival socialista Segolene Royal, lograda en gran medida por sus promesas y sus actos durante la campaña, en los que anunciaba que transformarí­a profundamente las instituciones polí­ticas francesas, que para él estaban en estado letárgico.

Esa dinámica aprobada por más de un 53% de los franceses se ha transformado hoy en una clara mayorí­a de descontentos y escépticos.

Casi tres de cada cuatro franceses se declaran ahora descontentos del balance de Sarkozy contra 28% que afirman estar satisfechos, según un sondeo publicado ayer.

Sólo son poco más de tres de cada diez los que estiman que el mandatario cumplió durante este primer año de su gestión, las promesas formuladas durante su campaña presidencial.

Elegido sobre la base de un programa liberal, con consignas impactantes de revalorización del trabajo como «trabajar más para ganar más», ahora, apenas un 6% considera que la situación económica se ha mejorado, contra 48% que consideran que ha empeorado y un 46% que estima que todo está igual.

Del mismo modo, constituyen apenas un 15% los que consideran que él que prometí­a ser «el presidente del poder adquisitivo» ha cumplido su promesa.

Para explicar esta caí­da, está la opinión por una parte de los expertos en opinión pública y por otra la de los polí­ticos cercanos o opositores al jefe del Estado.

Para Stephane Rozí¨s, del instituto de sondeos CSZ, la caí­da brutal de Sarkozy, sobre todo a partir de enero de este año se explica por dos factores: una super exposición de su vida privada que aparece como un menosprecio de la función de presidencial y la impresión de que se aleja de su proyecto de hacer del poder adquisitivo la recompensa al trabajo y el mérito.

Para sus allegados, la mala situación en que se encuentra Nicolas Sarkozy se debe sobre todo a que «ha hecho demasiadas cosas al mismo tiempo» desde mayo de 2007, tal como lo afirma su consejero Dominique Paillé.

El «vigor» de las reformas serí­a la principal causa de este descontento para el secretario de Estado para las Relaciones con el Parlamento, Roger Karoutchi. «Cometió un error al presentar todas las reformas al mismo tiempo y haciendo creer que todo era posible inmediatamente», estimó por su lado el diputado derechista Franí§ois Goulard.

Sin embargo, para otros analistas, el descontento se debe justamente a lo contrario, cuando destacan que las medidas sólo han sido efectuadas a medias o bien no se han llevado a termino.

«El presidente se habí­a propuesto una estrategia liberal, de liberalización del mercado del trabajo, de las empresas y esto no se ha aplicado», estimó el escritor y analista Guy Sorman, que habí­a brindado públicamente su apoyo al candidato Sarkozy.

Otro enfoque para explicar el fenómeno es el de los representantes de la oposición como la derrotada socialista Segolene Royal que señaló que a pesar de que Sarkozy tení­a todo en las manos para reactivar el paí­s, fracasó porque «sus primeras medidas fueron terriblemente injustas e ineficaces».

Sarkozy ha utilizado «una máquina del tiempo» para volver atrás en todos los logros sociales obtenidos desde hace más de un siglo, afirmó el dirigente de la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) y también ex candidato presidencial, Olivier Besancenot.