Sarkozy obtuvo retirada rusa, pero Moscú consolida su influencia


El triunfo diplomático del presidente francés Nicolas Sarkozy al lograr el compromiso de Moscú de retirarse de Georgia en un plazo preciso es una victoria parcial, consideran los expertos, ya que Rusia consolida su control de las regiones georgianas de Osetia del Sur y Abjasia.


La ministra austrí­aca de Relaciones Exteriores, Ursula Plassnik, saludó desde Moscú los «importantes progresos alcanzados» por las negociaciones del lunes entre el presidente ruso Dimitri Medvedev y Sarkozy, quien ejerce la presidencia de la Unión Europea (UE).

Su homólogo italiano Franco Frattini también se congratuló de que «por primera vez se haya establecido un calendario» para la retirada de las fuerzas rusas y el despliegue de una misión de observación de la UE.

Para Antonio Missiroli, analista del Centro de Polí­ticas Europeas con sede en Bruselas, el establecimiento de un plazo de un mes para la retirada rusa de Georgia es «muy positivo» porque hay un calendario «que se puede medir y «medidores»» para controlarlo, en referencia a los 200 observadores europeos que serán desplegados en la ex república soviética desde fines de septiembre.

«Incluso si el plazo es más largo que el que los europeos y Occidente en general juzgaban deseable», Rusia continúa «bajo presión», ya que habrá una cumbre de la UE el 15 y 16 de octubre, luego de una conferencia de donantes para Georgia.

En efecto, Nicolas Sarkozy dejó planear una amenaza el lunes: si las tropas rusas no se retiran al final de la expiración del plazo otorgado, Europa «sacará sus conclusiones cinco dí­as más tarde», en la cumbre de Bruselas, declaró.

Pero Sarkozy no dijo nada en cambio de apoyar los reiterados llamamientos del presidente georgiano Mijail Saakachvili al «respeto de la integridad territorial» de Georgia, que supone que Abjasia y Osetia del Sur permanecerán bajo tutela del gobierno de Tiflis.

Para los analistas, esta laguna del presidente francés demuestra que los resultados obtenidos por la UE son «una victoria a medias».

Rusia parece así­ «consolidar su control sobre los dos territorios», lo que podrí­a volver la misión difí­cilmente aceptable para Georgia, subrayó Sabine Freizer, del Grupo de Crisis Internacionales.

Rusia no confirmó además las garantí­as dadas el lunes por la noche por Sarkozy, según las cuales los observadores de la UE podrí­an «entrar» en Abjasia y Osetia del Sur.

El canciller ruso, Serguei Lavrov, subrayó incluso el martes que las fuerzas de su paí­s permanencerán «mucho tiempo» en las dos regiones separatistas, y que consideraba a los observadores europeos como garantes de «los actos de la parte georgiana».

Sin garantí­as de lo que ocurrirá en el terreno, la futura misión europea, que deberí­a recibir el aval jurí­dico de los cancilleres de los 27 el lunes próximo en Bruselas, podrí­a encontrarse en la incómoda posición de observar el respeto de las nuevas «fronteras» de Georgia redefinidas por la intervención rusa.

«La buena noticia es que las negociaciones muestran que Rusia no es impermeable a las presiones externas. La mala es que la UE corre el riersgo de encontrarse en dificultades y ser acusada de ayudar a Rusia a imponer» la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, concluyó el experto Tomas Valasek, del Centro para las Reformas Europeas de Londres.