El candidato presidencial oficialista colombiano Juan Manuel Santos, que esta semana removió su equipo de campaña en busca de mejorar en las encuestas, busca mejorar su imagen en la frontera con Venezuela, donde se temen consecuencias por el rechazo que le ha expresado el presidente Hugo Chávez.
«Ha habido mucho miedo por la idea de que se pueda desatar una guerra (con Venezuela), pero nadie más alejado de ello que yo», dijo Santos al concluir el ayer un acto de campaña en Cúcuta, ciudad de 750 mil habitantes, ubicada 600 kms al noreste de Bogotá y a pocos pasos de la venezolana Ureña.
A sus electores en esta zona de frontera, Santos, del derechista Partido de la U, aseguró que fue «artífice de la integración con Venezuela, cuando era ministro de Comercio Exterior» (1991-1993), y promete que si gana las presidenciales del próximo 30 de mayo se reunirá de inmediato con Chávez.
Pero aunque levanta algunas simpatías, quienes le siguieron el viernes en Cúcuta no tienen mayores esperanzas de que un triunfo electoral suyo ayude a mejorar la situación, deteriorada por el congelamiento de las relaciones con Venezuela.
«Voy a votar por Juan Manuel. Tiene la capacidad y la experiencia para gobernar. Pero el tema de la frontera lo veo complicado», comentó a la AFP Rosalba Suárez, una mujer de 47 años que se encuentra desempleada luego de que cerró la empresa en la que trabajaba.
En cambio, David Terán, un estudiante de 18 años, asegura que prefiere a Antanas Mockus, candidato del Partido Verde y primero en los sondeos, al que dice que le ha escuchado «mejores propuestas».
«Mockus puede por lo menos mejorar la relación con Venezuela. Ya Chávez dijo que si gana Santos será muy difícil recuperar» el vínculo, sentenció este joven.
Chávez ha declarado reiteradamente que Santos representa una amenaza para Venezuela, y el mismo viernes por la noche aseveró que en caso de ganar «tendríamos que cerrar totalmente el comercio con Colombia».
Pero Nelson Suárez, un taxista de 40 años, cree que Santos es un buen candidato, que podría «poner en su lugar a Chávez.
Sobre Mockus pregunta: «Â¿Qué va a hacer, poner mimos en el puente fronterizo?», en alusión a la campaña de educación ciudadana que como alcalde de Bogotá desarrolló el candidato verde en los años 90.
René Pinto, un agente de aduanas desempleado desde noviembre de 2009, cree que a la gente de Cúcuta es a la que «menos conviene que gane Santos», y lamenta que «ningún candidato propone soluciones ni fomenta la creación de trabajo».
Sin embargo, Santos se defiende y promete tratar la frontera como si fuese una «zona de desastre, con una política de choque», y ofrece la creación de un fondo de compensación regional que permita hacer inversiones extraordinarias en obras y capital humano.
Cúcuta es una de las ciudades colombianas que más sufre del deterioro de las relaciones entre Colombia y Venezuela, con una caída del intercambio comercial de más de 70% en los meses recientes.
Además, para el primer trimestre de 2010 Cúcuta registra una tasa de desempleo de 16,6%, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas.
Rodolfo Moreno, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes de la ciudad, opinó que el problema de su región es que «estamos aislados del resto de Colombia, lo que nos ha sumido en una dependencia de Venezuela, para las buenas y para las malas».
«La frontera participa cada día menos en el Producto Interno Bruto. La caída estrepitosa de las ventas no es sólo un fenómeno político, sino también económico. La combinación entre la reevaluación del peso y la devaluación del bolívar nos deja fuera de concurso», señaló este empresario.
«Pedimos que no nos dejen aislados, que construyan carreteras. Por supuesto que queremos que las relaciones internacionales sean las mejores, pero no podemos imponerlo porque depende de dos gobiernos», añadió.