El candidato oficialista a la Presidencia de Colombia, Juan Manuel Santos, ha dedicado la semana a consolidar alianzas electorales para la segunda vuelta del 20 de junio, mientras el independiente Antanas Mockus busca nuevas vías para convencer con su discurso.
Santos, del Partido Social Unidad Nacional (La U, derecha), llegará en una posición cómoda a la segunda ronda presidencial, tras haber conseguido 46,6% en la primera vuelta del 30 de mayo. En cambio Mockus, del Partido Verde, logró apenas 21,5%, muy por debajo del 35% que le atribuían las encuestas.
«Santos no necesita hacer muchas alianzas para ganar la segunda vuelta. Sin embargo, tiene el propósito de conseguir un pacto de gobernabilidad que haga fluido el tránsito de las iniciativas legislativas», dijo el analista Alfredo Rangel, cercano a la campaña oficialista, para explicar la búsqueda de acuerdos adelantada esta semana.
Santos busca reemplazar en la presidencia al derechista Alvaro Uribe, quien fue electo en 2002 y reelecto en 2006, y para ello ha planteado llevar adelante un «gobierno de unidad nacional» en el que incluiría a dirigentes de diversos partidos.
Hasta ahora, Santos, ex ministro de Defensa de Uribe, ha conseguido el apoyo del Partido Conservador, que integra la coalición gubernamental, y la mayor parte de los congresistas del Partido Liberal le han expresado su respaldo.
Además, prosigue en los acercamientos con el derechista Cambio Radical, cuyo ex candidato Germán Vargas Lleras alcanzó el tercer lugar en la primera vuelta, con más del 10% de los votos, y permanecerá en esas gestiones en Bogotá hasta mediados de la próxima semana, cuando retomará sus recorridos por el país, según fuentes de su campaña.
Mockus, que fue calificado como el «fenómeno» de esta campaña electoral, al pasar en tan sólo dos meses de menos del 10% de intención de voto a una proyección en las encuestas de empate técnico con Santos en la primera vuelta, estaba más bien concentrado en analizar nuevas formas de ganar electores sin hacer verdaderas alianzas políticas.
El Partido Verde y el izquierdista Polo Democrático, luego de varias reuniones esta semana, anunciaron que trabajarán para «convocar a los abstencionistas que sufren y no están bien con el actual gobierno».
«Queremos invitarlos a reconocer su poder para construir pequeñas y grandes actividades que les hagan sentir la responsabilidad de su voto», explicó Mockus, un matemático y filósofo que fue alcalde de Bogotá en dos ocasiones.
Su campaña se esfuerza también en buscar nuevas formas para comunicar su mensaje de defensa de la legalidad y la transparencia, especialmente hacia las pequeñas ciudades y el campo, luego de haber privilegiado el uso de las redes sociales de internet.
Pero esa estrategia de parte del Partido Verde, una organización incipiente basada sobre todo en el trabajo voluntario, se ve poco efectiva ante una segunda vuelta a la cual llega como favorito el candidato del oficialismo, apoyado en partidos con capacidad de movilizar su maquinaria.
«En el imaginario se ha instalado la percepción de que hay un candidato (Santos) que ya ganó y no queda nada que hacer», consideró el politólogo Fernando Giraldo.
«Mockus tiene que esforzarse por revertir esa percepción. Pero cuando anuncia que no hará alianzas con partidos sino alianzas ciudadanas lleva lo abstracto del discurso a lo operativo de la campaña y confunde incluso a su propia gente», señaló.
«Esta campaña está entre un personaje pragmático, en una sociedad muy conservadora, y un idealista puro», resumió Giraldo.