San Gregorio Magno
Estudió Derecho y en 573 fue nombrado Prefecto. Como heredó la fortuna de su padre, construyó varios monasterios en Roma y se retiró al Monte Celio.
Fue ordenado diácono y en 578 el Papa Benedicto I lo ordenó presbítero.
Fungió como Nuncio en Constantinopla entre 579 y 586. Tres años después fue elegido Papa, misión en que se distinguió por su oratoria, política tolerante, administración atinada, interés misionero en Inglaterra y España y tacto en la reforma del clero y la liturgia. Apenas muerto, fue venerado como santo y la tradición lo asumió como Patrón de los liturgistas, sabios e investigadores, por su amplia erudición; de los músicos, chantres y cantores, por la escuela de canto que fundó (cantos gregorianos).