San Paulino de Nola (Francia, año 353)
Su padre era gobernador y su familia sumamente rica. Luego se fue a vivir a España y allá se casó con una mujer muy piadosa, llamada Teresa, de la cual tuvo un hijo. Pero el niño se murió a los ocho días de nacido, y entonces se propusieron vivir en adelante como dos hermanos y repartir sus enormes riquezas entre los pobres. Así lo hicieron, y pronto fueron vendiendo fincas y casas y repartiendo el dinero entre los más necesitados.
Paulino fue gastando todas sus inmensas riquezas en ayudar a los más necesitados hasta quedar él totalmente pobre. Y sucedió que cuando en el año 410 llegaron los terribles vándalos del rey Gensérico se llevaron muchos prisioneros y esclavos y entre ellos al hijo único de una pobre viuda. Entonces se ofreció él personalmente para reemplazar a aquel joven. Le fue aceptado el canje y dejaron libre al muchacho.