Sandra Torres de Colom no juega el papel de una Primera Dama como otras, ya que sin ser funcionaria pública tiene una importante cuota de poder en el Ejecutivo, aunque siempre al lado de su esposo, el Presidente. Así, las críticas le llueven debido a lo difícil que resulta la fiscalización de los programas sociales que dirigió, sin embargo cuenta con ciertos «privilegios» que le fueron concedidos desde la campaña electoral.
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A finales de 2007, luego de la elección de ílvaro Colom en la Presidencia, la prensa especulaba sobre el papel que desempeñaría Sandra Torres de Colom como Primera Dama y ya se creía que le daría un giro radical al rol que en el pasado desempeñaron las esposas de los presidentes. Al parecer, no se equivocaron.
En una entrevista concedida al diario La Hora, el 7 de enero de 2008, Colom explicó el rol que la Primera Dama jugaría dentro del Gobierno, sin embargo nunca dijo que sería ella quien estaría al frente de los programas sociales hasta la mitad de su mandato, pese a que éstos son la bandera del régimen y que le concedieron importantes privilegios.
Pero después de más de dos años, desde la entrevista, la causa de que Sandra Torres posea esos «privilegios» podría comprenderse con una nota publicada en el noticiero Hechos Guatemala, del canal TV Azteca Guatemala, el 11 de febrero pasado, en la que el mandatario indica que: «Sandrita estuvo tanto tiempo conmigo durante la campaña que yo le prometí que al llegar al poder ella podría hacer lo que quisiera en el Gobierno».
Esta controversial declaración, además de explicar el poder de Torres de Colom, contradice lo asegurado por el mandatario semanas antes de su toma de posesión, cuando señaló que «la parte social del país, vivienda, salud y educación a nivel nacional, van a tener un excelente vicepresidente», lo que hacía creer que sería Rafael Espada quien se encargaría de estos temas y no la Primera Dama.
Para Luis Fernando Mack, jefe del área sociopolítica del Instituto de Análisis e Investigación de los Problemas Nacionales, (IPNUSAC), el tema se vuelve complejo debido a que, con el papel que ocupa la Primera Dama, se crea una institucionalidad paralela en el Gobierno, en la cual, sin haber sido nombrada como funcionaria y sin establecerse una institución con normas y reglas, se generan mecanismos que evidencian su existencia.
«Formalmente hablando ella no tiene función específica dentro del Gobierno, pero en la práctica, todo el mundo sabe el poder que tiene la Primera Dama», señala el entrevistado.
Por otro lado, Marco Antonio Barahona, analista político de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), señala que en la tradición guatemalteca, las esposas de los mandatarios siempre se ocuparon de las obras sociales de la Presidencia.
Sin embargo, en este caso, destaca que a Torres de Colom se le han atribuido funciones propias de una funcionaria pública en una gestión gubernamental «muy intensa», que, a decir del experto, rebasan lo que ha sido el papel común de la esposa del Presidente.
UNA CABEZA
Colom también señaló, previo a la toma de posesión, que su periodo de trabajo tendría únicamente un mandatario.
«Va a ser un Gobierno de una cabeza. No puede haber varias cabezas en un Gobierno, pero con Rafael Espada hemos hecho un excelente equipo, un binomio bastante complementario», dijo el entonces Presidente electo.
Con esto se dejaba claro que el Presidente sería quien dirigiría el país, tomando sus propias decisiones, y coordinándose con la Vicepresidenta, sin embargo, una de las mayores críticas hacia el vicegobernante Rafael Espada, es la poca participación en las tomas de decisión.
«Lo más triste es que la vicepresidencia queda sin un papel real», señala el representante del IPNUSAC, pues más allá de los temas de transparencia, según el experto, pareciera que en la práctica Torres de Colom sustituye o sobrepasa las funciones de la Vicepresidencia.
Incluso, Mack señala que algunos plantean que la Primera Dama en realidad es «la presidenta en funciones», la que puede generar un desorden «impresionante».
En consecuencia, Barahona opina también que el presidente Colom ha abierto muchos espacios a su esposa para que ella accione políticamente, «en la medida en que ella no responda más que ante sí y ante su esposo, no tiene un poder que pueda controlarla», dice.
Además, el experto señala que, para efectos prácticos, la esposa del Presidente es una «ama de casa común y corriente», sin embargo, para Barahona ella posee un «poder anómalo en la forma en que se maneja».
El experto de Asies también opina al respecto, indicando que la vicepresidencia tiene funciones claras establecidas en la Constitución Política de la República, que por lo general no han sido cumplidas a plenitud.
Sin embargo, descarta que en este periodo de Gobierno, el vicepresidente Rafael Espada no cuenta con una visión política definida, y en la medida en que ese espacio político quede vacío, se buscará a alguien que lo llene, y en esta oportunidad, con una esposa del Presidente tan «acaparadora del poder», no sería posible que Espada tuviera algún espacio.
Coordinadora de proyectos «Con Sandra hemos sido muy enfáticos en que tenemos que darle importancia a la familia y allí trabajará ella coordinando esfuerzos. Sandra es más que una primera dama, es una persona entregada al país, a la gente pobre».
«Yo quiero trascender como el Presidente que sí se preocupa de los pobres, y eso no quiere decir que yo vaya a ser el presidente de los pobres, porque voy a ser el presidente de todos. Invirtiendo en la pobreza, vamos a sacar al país de los problemas que se presentan; la inestabilidad social y la inestabilidad económica, por ejemplo».
Así describió el mandatario el trabajo que su esposa realizaría, sin embargo, el papel que se preveía haría el Vicegobernante al parecer lo ocupa ella, pues es quien se encarga de los proyectos relacionados con la salud, educación y nutrición.
Por ello, un tema obligado de abordar por los analistas es el de la citación de la que ha sido objeto la esposa del mandatario, pues indican que las diversas opiniones sobre si es o no una funcionaria pública se deben al papel protagónico que ella ocupa en el Gobierno.
Sobre esto también comenta el analista del IPNUSAC, pues señala que una de las situaciones que deben tomarse en cuenta es que al no ser el Consejo de Cohesión Social CCS una institución, no se puede fiscalizar, ni controlar, ni se garantiza la dualidad entre lo que debe ser y lo que es.
Para Barahona, existe el argumento de que la Primera Dama no fue electa, por lo que no es funcionaria pública, sin embargo, el analista explica que muchos de los funcionarios no fueron electos y sin embargo se les concede un nombramiento.
«Hay mucha discrecionalidad en la manera en que a ella, (Sandra Torres), se le han entregado funciones de gran envergadura, como el manejo de los programas sociales», asegura el entrevistado, agregando que de esta manera Torres de Colom tiene una serie de ventajas sobre otros funcionarios.
Esta ventaja se vería reflejada en que la Primera Dama actúa únicamente rindiendo cuentas al Presidente y a ella misma, no así hacia el resto de la sociedad.
«En la medida en que ella tiene una serie de funciones propias de un funcionario, aunque no esté formalmente designada, ella tiene que responder, porque si no estaría gozando de poderes muy privilegiados», señala el analista de Asies.
Otra opinión del tema es expresada por el analista ílvaro Pop, al indicar que desde el momento en que la Primera Dama realiza trabajos que tienen que ver con fondos públicos, ella debe estar consciente de que sus actos son fiscalizables.
Además, «si hay un nombramiento público, dice el experto, mediante un acuerdo gubernativo u otro donde se le nombra con funciones y con manejo de política, ella tiene que ir al Congreso de la República», dice Pop.
Sin privilegios
«Sandrita podría hacer lo que hace la mayoría de primeras damas, estar bañada en leche de cabra, yendo a recepciones, yendo a cócteles (pero) es rarísimo verla en una actividad de esas», dijo Colom durante el ejercicio Gobernando con la gente en Izabal.
Por lo que a decir del mandatario todas las críticas que se han realizado en torno al trabajo de la Primera Dama pueden considerarse como comentarios machistas, «(no sé), si las críticas se generan porque es mujer o quizá porque es una mujer política», dijo el Gobernante.
Colom aseguró también que fue él quien solicitó a su esposa tomar el cargo de un programa presidencial, que resultó ser el CCS, y que, a decir del mandatario ha logrado muchos e importantes logros.
Para Mack, existen dos maneras de analizar el trabajo que realiza Torres de Colom, el primer punto de vista puede mencionar la reivindicación de la mujer, sobre todo porque en el Gobierno actual se demuestra la importancia que pueden tener las féminas, «desde esta perspectiva puede ser positivo», señala.
Por otro lado, para el analista existe un problema en el que, el «estilo diferente de gobernar», al no estar normado, ni arreglado ni institucionalizado, da pie a que exista garantía para la discrecionalidad, y para que se piense que un programa avance, «así como llegó, así se puede ir o modificar».
ílvaro Colom
Entrevista a Hechos Guatemala.
Luis Mack
IPNUSAC.
Marco Antonio Barahona
Asies.