Sandinistas retrasan planes opositores de anular comicios en Nicaragua.
El gobernante Frente Sandinista de Nicaragua logró esta semana retrasar los planes de la oposición de aprobar una ley para anular los cuestionados comicios municipales del pasado 9 de noviembre, cuyo futuro en el Congreso también era incierto debido a complicaciones legales.
Los pasos fueron encabezados por el presidente del Parlamento, el sandinista René Núñez, quien suspendió la reunión que la junta directiva tenía previsto sostener el martes pasado para tramitar la iniciativa, alegando que el legislativo no tiene facultades para revertir un proceso electoral.
Núñez argumentó que las leyes en materia electoral son una atribución constitucional exclusiva del Consejo Supremo Electoral (CSE) y del presidente de la República.
El proyecto opositor fue presentado el pasado 19 de noviembre por la bancada del Partido Liberal Constitucionalista (PLC, derecha), principal fuerza de oposición del congreso, tras denunciar un supuesto fraude en los comicios municipales que ganó el partido del presidente Daniel Ortega en 105 de los 147 municipios que fueron disputados en el país.
Ante las amenazas de los legisladores de oposición -que controlan cinco de los siete puestos directivos parlamentarios- de autoconvocar una reunión, Núñez aceptó llamar a sesión directiva el próximo martes, anunció el jueves el primer Secretario del organismo, el liberal Wilfredo Navarro.
Navarro advirtió, sin embargo, que si el presidente del parlamento «no se presenta o vuelve a suspender la sesión, los cinco miembros de la directiva haremos que el vicepresidente» -el opositor Luis Callejas- asuma la conducción del Congreso, paralizado a raíz del conflicto electoral.
«No podemos seguir manteniendo la vagancia del Frente Sandinista que no quiere sesionar», dijo el legislador, cuyo partido asegura tener el mínimo de 47 de los 92 votos requeridos para aprobar una inédita declaración de nulidad de los comicios.
No obstante, la bancada sandinista desestimó que sus adversarios cuenten con los 47 votos, debido a que la oposición, a pesar de tener la mayoría de escaños, se encuentra dividida en al menos cuatro bloques parlamentarios.
Y fue precisamente una de esas fracciones, la denominada Alianza Liberal Nicaragí¼ense (ALN, derecha) la que anunció esta semana que no respaldará el proyecto, asestando a la oposición otro revés político en su intento por anular las elecciones.
En medio del complicado panorama legislativo, el presidente del PLC, el ex presidente Arnoldo Alemán (1997-02) llamó a su viejo adversario político, el ex gobernante Enrique Bolaños a asumir el escaño que tiene por derecho constitucional en el Congreso, para apoyar con su voto a la oposición.
Bolaños (2002-07), quien se mantiene alejado de la vida política, no ha querido asumir su función de diputado.
«El voto de Enrique Bolaños garantizaría desde hoy mismo los 47 votos que Nicaragua necesita para garantizar la continuidad democrática», exhortó Alemán, en un comunicado.
Para el diputado sandinista, Wálmaro Gutiérrez las elecciones son un hecho consumado y a estas alturas no existe ninguna posibilidad legal de revertir el proceso.
«Desde el punto de vista legal no procede ya ninguna declaratoria de nulidad» porque la misma solo podía ser autorizada por el CSE antes de la proclamación de los electos, el pasado 21 de noviembre, afirmó el legislador sandinista.
El FSLN ha señalado, además, que si la oposición llegara a reunir los votos, la ley igual sería vetada por el presidente Ortega y desconocida por el CSE, -según el sandinismo único competente para «convocar, organizar, dirigir, validar o anular» un proceso electoral- y rechazada también por la justicia si recurrieran a ella.
En medio de los cabildeos para sumar votos, los opositores admitieron que los sandinistas están tratando de ganar tiempo para evitar que el proyecto sea discutido antes de que los alcaldes, vicealcaldes y concejales electos tomen posesión de sus cargos en enero próximo.
El presidente ruso, Dimitri Medvedev, visitará hoy al líder cubano Fidel Castro como cierre de una visita «magnífica», anunció el presidente de Cuba, Raúl Castro.
«La visita ha sido magnífica. Vamos a ver a Fidel», dijo escuetamente Raúl Castro cuando acompañaba a Medvedev en una visita al Mausoleo al Internacionalista Soviético, en el oeste de La Habana, el último compromiso de la agenda oficial del mandatario ruso.
Fuentes diplomáticas rusas confirmaron a la AFP que Fidel Castro, de 82 años, recibirá al presidente ruso en el sitio donde convalece de la enfermedad que lo alejó del poder desde julio de 2006.
Durante su visita a la isla, la primera de un mandatario ruso en los últimos ocho años, Medvedev celebró el jueves rondas de conversaciones con Raúl Castro en el Palacio de la Revolución, y luego ambos visitaron la Catedral de la Iglesia Ortodoxa Rusa y el centro histórico de la ciudad.
Con Raúl «hablamos de aumentar nuestras relaciones económicas, nuestros lazos técnico-militares y nuestro trabajo conjunto en la seguridad y la cooperación regional», dijo Medvedev a la prensa rusa.
Ambos mandatarios «coincidieron en la importancia de continuar acrecentando los vínculos en diferentes campos, particularmente en el económico», señaló por su parte el diario oficial Granma.
La visita de Medvedev es considerada el clímax de un acelerado proceso de recomposición de los nexos entre los dos antiguos aliados ideológicos, tras el distanciamiento por la caída del bloque soviético en 1991, principal sostén económico de la isla durante tres décadas.
Aunque la agenda anunciada no incluye la firma de acuerdos, Cuba y Rusia -con un intercambio comercial de unos 400 millones de dólares- tienen una progresiva cooperación en los campos militar, de petróleo, telecomunicaciones, níquel, biotecnología, transporte y turismo.