Los 180 mil habitantes de las islas de Samoa están viviendo esta semana una verdadera revolución al comenzar a aplicarse una controvertida medida que consiste en cambiar el sentido de la circulación vehicular de la derecha a la izquierda.
Ayer por la mañana, las cadenas de radio recordaron a los automovilistas que debían detenerse y escuchar una alocución del primer ministro Tuilaepa Sailele Malielegaoi.
«Después de este anuncio, podréis comenzar a circular por el otro lado de la carretera, es el comienzo de una nueva era de nuestra historia», declaró solemnemente el primer ministro.
Después del trascendental anuncio y por el momento, no se constaron accidentes.
Numerosos agentes de policía fueron apostado en las principales intersecciones de la capital, Apia, y en todo el país para recordar el cambio a los automovilistas y ayudarles a habituarse a la nueva norma.
Desde que esta medida fue anunciada en 2007, numerosas fueron las manifestaciones hostiles e incluso circuló una petición que fue firmada por uno de cada seis habitantes de Samoa para pedir que fuese derogada.
Dos años más tarde, a partir de ahora, en Samoa se conduce como en Australia, Nueva Zelanda y como en la mayoría de las islas del Pacífico sur, exceptuando los territorios franceses y la parte estadounidense del archipiélago.
Para justificar la controvertida medida, el primer ministro aludió a «una política de desarrollo y de mejora de las condiciones de vida».
Según él, este cambio permitirá a numerosos habitantes, sobre todo los que viven en el campo y que no tenían medios suficientes, poder comprar un automóvil.
Este argumento se explica por el hecho de que hay unos 170 mil samoanos que viven en Australia o en Nueva Zelanda, que podrán enviar a la isla los coches usados por un precio reducido.
Los opositores a la medida aluden, además de consideraciones de seguridad, el costo que implica.
Unos 14 mil de los 18 mil automóviles de la isla tienen el volante a la izquierda, adaptado para la circulación por la derecha, y deberán ser remplazados.
Los últimos países en el mundo que cambiaron el sentido de la circulación, pero esta vez de la izquierda a la derecha, fueron Nigeria, Ghana y Yemen en los años 1970.