Los medios de comunicación social han destacado la cita que de conformidad con la reforma constitucional que se realizara en el año de 1994, obligó al ministro de Relaciones Exteriores, Haroldo Rodas, atender el llamado de la bancada del Partido Patriota.
jfrlguate@yahoo.com
Todos, sin excepción, publican que el ministro Rodas ante el cuestionamiento de la visita oficial que el presidente de la República ílvaro Colom hiciese a Cuba, manifestó a las preguntas de esta bancada que la Orden del Quetzal en el grado de Gran Collar le había sido otorgada al presidente Fidel Castro como consecuencia de una decisión adoptada en Consejo de Ministros, que él sólo le daba recomendaciones al Presidente cuando se lo solicitaba, que en este caso no lo consultó. En cuanto al acto de imposición, «faltando pocas horas, la misma mañana» fueron informados que el ex presidente Fidel Castro estaba enfermo, por lo cual no podría ir a recibir la orden.
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¡Increíble! que un ministro de Estado pueda expresarse en esos términos. Si bien Haroldo Rodas llena los requisitos formales para haber sido escogido y nombrado de conformidad con la Constitución como ministro, ante semejantes expresiones ¿merece la confianza del Presidente de la República? No debería haber recomendado el Ministro, cuando el acto de imposición se suspendió, que igualmente se suspendiera la entrega, en lugar de colocarla en manos de presidente Raúl Castro y así evitado, en buena parte, la crítica que ahora se le hace a ílvaro Colom.
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Vuelve a sorprenderme el Ministro al haber manifestado «respecto al pedido de perdón por la invasión de la isla organizado en parte desde Guatemala, también fue decisión de él pedir perdón a la isla por lo de Bahía de Cochinos». ¡Inexplicable! que el Ministro tome la actitud de sálvese el que pueda.
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Como ministro, como persona de confianza del Presidente de la República, pocos son los esfuerzos, pocos son los sacrificios que él y los ministros deben de realizar para salvaguardar las acciones y las decisiones que el Presidente pueda tomar.
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Qué podría hacer la bancada de diputados del Partido Patriota si en lugar de responder de la forma en la que lo hizo, él hubiera asumido parte de la responsabilidad de haber otorgado la Orden del Quetzal en el grado de Gran Collar a Fidel. Qué consecuencias podría tener que el Ministro hubiera dicho que la opinión de pedir unilateralmente una disculpa por el capítulo de Bahía de Cochinos era una decisión política del actual gobierno. Nada podría haber hecho la bancada del Partido Patriota, pero nuevamente se evidencia la falta de solidaridad, la falta de lealtad hacia quien lo distinguió a él y a sus viceministros con su confianza.
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Ser o no ser siempre ha sido la pregunta. Los ministros, sin excepción, son funcionarios políticos que deben de saber que están ahí para cumplir con una responsabilidad en cada uno de los campos específicos, que su actuar no puede ser individual, su obligación es, le pida o no el presidente y vicepresidente de la República, opinar, proponer, analizar, criticar, es en el Gabinete General y en los gabinetes específicos donde se debe hacer, también pueden hacerlo directamente al presidente y vicepresidente, pero evadir y trasladar la totalidad de la carga política de una decisión, de un hecho, es improcedente.