Salvemos el árbol de Ana Frank


El célebre árbol al cual hací­a alusión en su diario la niña Ana Frank, está a punto de caerse, por lo que han decidido reforzarlo con hierro.

El castaño llamado «de Ana Frank», el árbol más conocido de Amsterdam y uno de los sí­mbolos de la dramática historia de la joven judí­a que se escondió de los nazis durante casi dos años, fue salvado por cinco o diez años, después de meses de polémica, se anunció hoy.


Pero paradójicamente, esta rara visión de la naturaleza que Ana Frank menciona en su célebre Diario como un sí­mbolo de libertad terminará su vida aprisionada por un corsé de acero.

«El lunes se firmó un acuerdo, dejando dos dí­as a quienes todaví­a tengan objeciones para que las señalen. Es impensable que ese acuerdo vuelva a ser rechazado. La municipalidad ya lo autorizó», dijo con satisfacción el profesor Arnold Heertje, uno de los militantes más activos en la defensa de este árbol.

Este acuerdo en el cual participaron la Fundación Ana Frank, la Fundación para los árboles, el vecino propietario del árbol, la municipalidad y los vecinos, señala que este árbol será sostenido por una estructura que impedirá su caí­da, «que debe ser construida a más tardar el 31 de mayo», declaró el profesor Heertje.

Este castaño, que pesa 27 toneladas y tiene unos 150 años, es mencionado en varias oportunidades en el célebre «Diario de Ana Frank».

«Estoy muy contento con esta solución. No se trata de cualquier árbol. Forma parte de la historia de Ana Frank, de la persecución de los judí­os», sostuvo el profesor Heertje.

El árbol está atacado por los parásitos y podrido en buena parte, amenazando con provocar graves daños, incluyendo en el Museo Ana Frank, así­ como heridos en caso de caí­da. Su propietario, un vecino del museo, habí­a decidido derribarlo.

Durante más de un año, esta información no provocó ninguna reacción, hasta que a fines de 2007 los defensores de la naturaleza se conmovieron. Acudieron a la justicia, que finalmente ordenó una mediación para que las partes se pusieran de acuerdo.

«También buscaremos remedios y cuidados para la enfermedad del castaño», añadió el profesor Heertje.

La Fundación Apoyo al Arbol de Ana Frank, que estará encargada de aplicar el acuerdo y cuidar al árbol, hará construir a su alrededor un cinturón con barras de acero que se clavarán en la tierra.

El costo de la operación, que será pagada por la Fundación Apoyo al Arbol de Ana Frank, es de 50 mil euros para la estructura, 20 mil euros para el cuidado del árbol y 10 mil euros anuales de mantenimiento.

Este castaño se encuentra en el jardí­n de una casa situada frente al «Canal del Emperador», en Amsterdam. Se puede ver desde «el Anexo», donde la familia judí­a Frank se escondió dos años durante la Segunda Guerra Mundial hasta que fue delatada. Ana Frank murió en el campo de concentración de Bergen Belsen.

La joven judí­a, que viví­a escondida en el anexo de una mansión al borde de un canal, escribió por ejemplo el 23 de febrero de 1944: «Los dos contemplamos el magní­fico azul del cielo, el castaño desnudo en cuyas ramas brillaban algunas gotitas, las gaviotas y otros pájaros que parecí­an de plata al sol, y todo eso nos emocionó y nos sobrecogió a tal punto que ambos enmudecimos».

La casa principal y el Anexo son ahora el Museo Ana Frank, que recibe aproximadamente un millón de visitantes por año y es el más frecuentado de la capital holandesa.