Los fabricantes de autos pequeños son los únicos que sonríen en Los íngeles.
Mientras una nube negra sobrevuela la industria automotriz de Estados Unidos, su población descubre las virtudes de los automóviles compactos, cuyos fabricantes son los únicos que sonríen en el salón del sector en Los íngeles.
Como prueba de esta evolución, el Smart Fortwo, un auto tan grande como una moto de dos puestos y 2,70 m de largo, logró meter en el mercado estadounidense 21 mil ejemplares desde enero pasado con concesionarios en 35 estados del país, reveló ayer su importador.
«La clave del éxito de (la división) Smart USA fue entrar al mercado con un buen auto en un buen momento», indicó Dave Schembri, presidente de la sede de esta fabricante en Estados Unidos.
Este vehículo «demostró que el micro-auto no era algo fugaz sino una tendencia de peso» en este mercado, según dijo Schembri.
El ejecutivo llama «buen momento» al impacto de los altos precios de petróleo, y aunque el valor del combustible en Estados Unidos bajó considerablemente después de los récords alcanzados en el verano, «atemorizó de verdad a mucha gente, nadie cree que esto permanecerá así de bajo», explicó David Champion, de la revista Consumer Reports.
Las empresas japonesas fueron las que más se beneficiaron del repentino atractivo de los autos «mini» en el país de las camionetas 4×4: los Honda Fit, Nissan Versa o Toyota Yaris, que llegaron a Estados Unidos hace tres años, se venden como pan caliente.
«Los vehículos pequeños tienen mucho más movimiento en los concesionarios», remarcó Ming-Jou Chen, encargada de comunicación en Toyota. «Tener una amplia gama de productos nos ayuda en este período» de crisis.
Los «tres grandes de Detroit» -General Motors, Ford y Chrysler- vieron cómo el mercado estadounidense se les fue de las manos por su incapacidad de competir con los autos económicos japoneses.
Con la soga al cuello, Ford importará a Estados Unidos su pequeño Fiesta europeo para el año que viene.
No cabe duda de que los estadounidenses están cambiando sus comportamiento de consumo y a los fabricantes de automóviles no les queda otra opción que adaptarse, confirmó Simon Sproule, vicepresidente de Nissan encargado del departamento de comunicación.
«Antes que perder clientes tenemos que proponer más vehículos para que los clientes puedan escoger, y si eso quiere decir automóviles más pequeños, nosotros los proveeremos», estimó Sproule.
Y es que mientras las ventas de vehículos nuevos en Estados Unidos cayeron en octubre a niveles mínimos, alcanzando el nivel de 1982, los autos pequeños cumplieron sus objetivos e incluso los superaron, como la casa Scion, un ramo de Toyota destinado a los jóvenes.
«Entre 120 mil y 130 mil vehículos fueron vendidos estos 12 últimos meses, estamos en las nubes», dijo el portavoz de la marca Steve Hatanaka.
De su lado la automotriz Suzuki cita unas estadísticas de ventas que harían soñar a GM: «De un año al otro, un alza de 120 a 130%» se registró sobre el modelo SX4, una pequeña camioneta 4X4, según reveló Jeff Holland, portavoz de la marca.
Para Simon Sproule, de Nissan, «Europa, Japón y Estados Unidos están convergiendo en materia de gustos, con automóviles más pequeños y motores económicos».
En el Salón de Los Angeles, Nissan presentó su pequeño Cube, que estará a la venta el próximo año en el mundo entero. «Llega en un buen momento», dijo Sproule de este modelo que parece un compacto refrigerador sobre ruedas.
En el stand de Kia, la estrella era Soul, un compacto de cinco puertas con un aire a los mini Cooper. «Las reacciones han sido fenomenales», dijo Alex Fedorak, portavoz de la marca surcoreana mientras mostraba este modelo «que parecería pequeño por fuera pero con mucho espacio adentro».