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En el cálido departamento de La Unión en las tierras salvadoreñas, varias máquinas se han apoderado del paisaje en el proyecto de la construcción de un puerto en el Golfo de Fonseca.
De acuerdo con el ingeniero Santiago Aguilar, director del proyecto, este se ha convertido en la infraestructura más importante de El Salvador en las últimas dos décadas, con una inversión de US$ 132 millones.
Con esta construcción se pretende desarrollar un área portuaria en la bahía de La Unión, en el Golfo de Fonseca, de aproximadamente 117 hectáreas de extensión, en el mismo lugar donde había nacido el Puerto Cutuco a principios del Siglo XX.
El antiguo embarcadero, en 1908, servía de conexión entre el comercio salvadoreño y Puerto Barrios en Guatemala.
Sin embargo, al pasar el tiempo quedó en el abandono y retomado como un proyecto de modernización portuaria y cazando oportunamente con la ampliación del Canal de Panamá que iniciará el año entrante.
Con el ensanche canalero se permitirá el paso de los buques denominados postpanamax, que son embarcaciones que tienen capacidad para transportar 10 mil contenedores de 20 pies y que actualmente no pueden ser ingresados por el canal.
De permitirse el paso de este tipo de flotas se atestará el mercado mundial en ambas costas, sobre todo en el pacífico donde aún no se cuenta con la capacidad de recepción apropiada.
Este enorme flujo del comercio mundial y la globalización de servicios, la industria marítima marcha a todo vapor en una implacable etapa de cambios que presiona la actividad canalera.
Según Aguilar, la tendencia de los puertos latinoamericanos estriba en atraer embarcaciones de 4 mil 800 TEU’s (medida de capacidad).
En el comercio mundial, todos quieren transportar más carga en menos tiempo y los postpanamax son la clave.
Esa es una de las premisas con que los salvadoreños construyen el nuevo Puerto La Unión.
Andrés Abelino Cruz, jefe del departamento de seguimiento y supervisión del proyecto, adelanta que el nuevo puerto tendrá varias ventajas.
Tales como los 15 metros de profundidad necesarios para el atrancamiento de las flotas postpanamax.
Además, la característica de esta edificación es el relleno que se le hace al mar, es decir, se ha recortado el territorio a una pequeña montaña y depositarlo a los terrenos ganados al mar para edificar los muelles; a ello se le denomina «puerto marginal».
Además, Cruz afirma que las condiciones naturales le permitirá una mejor circulación de los buques.
Esas ventajas son vistas con preocupación por la Portuaria Quetzal de Guatemala, pues representan una competencia a las deficiencias con que cuenta el puerto nacional.
Desde el punto de vista de Rafael Hernández, relacionista público de la portuaria, esa brújula con que los puertos de la región se encaminan a modernizarse ha puesto un paso atrás a Guatemala.
La Portuaria Quetzal ha elaborado un proyecto de ampliación, donde se construiría una nueva terminal, además de un dragado para la ampliación del puerto.
Hernández dice que dentro del estudio preliminar se ha contemplado el monto de US$ 40 millones.
Sin embargo, han tenido ya una oposición interna, pues los trabajadores temen se vaya a extraer parte del dinero del pasivo laboral y del plan de prestaciones.
Los salvadoreños culminarán en el 2008 la primera fase del Puerto, dejando a Guatemala un paso atrás.
El Puerto La Unión lleva hasta el momento el 38% de avanzado y la construcción se encuentra bajo coordinación de un consorcio belga-japonés, TOA Coporation/Jan de Nul Joint Venture.
Se le ganará al mar 55 hectáreas.
820 metros de muelle para atraque.
Tres muelles: Carga rodada, Multipropósitos y Contenedores.
Dársena de maniobras de 600 metros cuadrados.
Ayudas a la navegación.
Canal de acceso de 21.9 kilómetros.