La semana próxima, conmemoraremos dos efemérides pictóricas importantes. En primer lugar, el lunes Paul Cézanne habría cumplido 170 años. Cézanne fue un pintor francés postimpresionista, que probablemente no destacó mucho en su época, pero sus preocupaciones estéticas fundaron lo que hoy día se conoce como arte moderno. Cézanne se cuestionaba sobre la diferencia que había entre el arte y la realidad, ya que por su época la fotografía había avanzado tanto que la gente creía que desplazaría a la pintura.
Cézanne se planteó el problema de la representación realista en la pintura, y por tal razón dio pie para que otros pintores, sobre todo del siglo XX, empezaran a resolver ese problema. De hecho, Cézanne desarrolló un estilo que buscaba distanciarse del «retrato realista», tradicional para su época.
Por su parte Salvador Dalí cumplirá el próximo viernes, veinte años de su deceso. De Dalí se puede decir muy poco, porque es uno de los pintores más conocidos del siglo XX, y quizá uno de los más sorprendentes y que más motivo de culto despierta.
Surge durante la corriente surrealista de la pintura, lo que lo dio a conocer. Sin embargo, Dalí fue mucho más que un pintor enmarcado en el surrealismo, ya que su estilo fue modificándose.
Con el surrealismo, logró despuntar, especialmente en una época en que el mundo científico evaluaba los alcances del psicoanálisis de Freud. Dalí fue uno de los pintores más estudiados desde esta óptica, debido a su gran capacidad creadora y sin ningún tipo de mordazas.