Salvador Cabañas lucha por su vida en un hospital mexicano, Paraguay reza


Los fanáticos del equipo de fútbol mexicano América sostienen carteles del futbolista paraguayo Salvador Cabañas. AFP PHOTO / Ronaldo Schemidt

El futbolista internacional paraguayo Salvador Cabañas mostró una mejorí­a durante la madrugada del martes en el hospital de Ciudad de México donde es atendido tras recibir un disparo en la cabeza en un bar, según los primeros indicios por un lí­o de faldas, mientras en Paraguay rezan por un milagro.


Cabañas, de 29 años y artí­fice de la clasificación de la albirroja al Mundial de Sudáfrica-2010, mostró una mejorí­a dentro del estado grave y permanece sedado en el hospital Los Angeles, en el sur de la capital mexicana, tras una cirugí­a en la que no se extrajo el proyectil, alojado en su cabeza.

«Salvador ha mostrado cambios muy favorables porque que el cambio principal es que no se ha deteriorado más», dijo el martes por la mañana el médico Ernesto Matí­nez, jefe del equipo de especialistas que intervino a Cabañas.

El proyectil que recibió sigue alojado en la parte trasera de su cerebro y los médicos decidieron no retirarlo por temor a provocar más daño según explicó Martí­nez, uno de los más destacados neurocirujanos de México.

Miguel Angel Macera, procurador de la capital mexicana, identificó al agresor como José J. Balderas Garza, también conocido como el «El Sinaloense» o «El Modelo», de 35 años, quien estaba acompañado por un escolta, de quien apenas se conoce su nombre Francisco, alí­as «El Contador», de 40 ó 45 años.

Estos dos hombres aparecen en las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad del bar, en un video de cinco minutos que grabó las afueras del baño del local nocturno Bar-Bar, donde Cabañas fue baleado.

Las imágenes mostradas por Mancera muestran que Balderas entra al baño y el otro hombre permanece afuera hablando con una mujer rubia y luego ingresa también.

La agresión a Cabañas pudo haber sido producto de un coqueteo entre la mujer rubia, una bailarina de origen cubano, y el cuñado del paraguayo, lo cual habrí­a molestado a los agresores, estimó Mancera.

Las cámaras muestran después a los dos hombres saliendo a la calle donde un automóvil los esperaba, sin aparentemente ser obstaculizados por los empleados.

La madre del futbolista, Basilia Ortega, llegó a México el martes por la mañana y ya se encuentra al lado de su hijo en el hospital.

Ortega viajó junto a Marcos Cáner, dirigente de la Asociación Paraguaya de Fútbol, el médico del combinado guaraní­, Aldo Martí­nez, y el representante del jugador, José Marí­a González.

La conmoción por el ataque al futbolista, elegido en 2007 como el mejor de América y lí­der de la selección paraguaya que se alista para el Mundial de Sudafrica-2010, sigue muy viva en ese paí­s, donde los aficionados se acogieron al pedido de oración que propuso el presidente Fernando Lugo.

A su turno, el presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF), el paraguayo Nicolás Leoz, lamentó lo sucedido con Cabañas y en tono compungido dijo a la AFP que «es una pena lo que hicieron con este jugador extraordinario».

«Nos embarga una inmensa tristeza por tratarse no solamente de un jugador excepcional, sino un gran señor como persona. No se merece lo que le hicieron», expresó el directivo.

Paraguay debe disputar en Sudáfrica-2010 el grupo F con Italia, Nueva Zelanda y Eslovaquia, pero los médicos ya anticipan que la presencia de Cabañas para entonces vistiendo la albirroja será poco probable.

«Si se recupera recién podrí­a llegar a un nivel de competición en 5 ó 6 meses. El está virtualmente descartado del Mundial de Sudáfrica», dijo a la AFP el neurólogo Carlos Codas, ex presidente de la Sociedad Paraguaya de Neurologí­a.