Saludo a la Clase Trabajadora


En el mundo del neoliberalismo, debemos redefinir la clase trabajadora como el conjunto de los que con su trabajo – o su falta de trabajo, como masa desempleada – contribuyen a la generación de la riqueza, injustamente concentrada en pocas manos. Saludo hoy, entonces, a los obreros, los campesinos, los empleados, los que se desempeñan en la economí­a informal, las amas de casa, los intelectuales y artistas, los artesanos, los trabajadores migrantes, quienes buscan trabajo en Guatemala y otras partes, y muchos otros cuyo trabajo es ignorado, particularmente los pueblos indí­genas.

Raúl Molina Mejí­a

En apoyo a la clase trabajadora, hago propias las proclamas del movimiento popular y sindical, que hoy exige, con la fuerza y determinación de los oprimidos y explotados: a) no a la impunidad por la violación del derecho a la vida y los demás derechos humanos; b) no al alza en el costo de la vida; y c) sí­ a la unidad y la lucha del pueblo de Guatemala por lograr la plenitud de sus derechos. Guatemala marcha muy atrás en los procesos de cambio en América Latina, en donde los Estados han enfrentado con firmeza el problema de la impunidad por crí­menes y por corrupción. Los ejemplos de Pinochet, los generales argentinos, el ex presidente Bordaberry en Uruguay, Fujimori en el Perú, y muchos más, nos hacen aparecer como una de las naciones más atrasadas en el Continente.

El Gobierno de ílvaro Colom tiene la responsabilidad de unirse al pueblo para evitar que el costo de la vida siga en aumento. Sabemos de la crisis de la economí­a estadounidense y del alza en los precios del petróleo; pero pueden y deben encontrarse caminos para romper nuestra dependencia. Por otro lado, basta de regalar nuestros recursos a las empresas transnacionales y de privatizar lo que tanto esfuerzo le ha costado al Estado y la sociedad. Finalmente, recordemos que lograr mejores condiciones de vida nunca ha sido una concesión gratuita de los poderosos. Solamente la unidad de la clase trabajadora y sus luchas junto a todo el pueblo pueden lograr resultados.

Destaco en esta fecha las luchas de los trabajadores migrantes guatemaltecos, particularmente de quienes enfrentan la difí­cil situación en Estados Unidos, cargada de xenofobia y discriminación. Es el momento de pedir al Gobierno de ese paí­s una moratoria en las deportaciones, así­ como analizar y dar respuesta positiva a la reciente petición del Estado de Guatemala de que se otorgue el Estatus de Protección Temporal (TPS) a los guatemaltecos indocumentados en los Estados Unidos, en virtud del conflicto socioeconómico que sufre nuestro paí­s. También es el momento de instar a los guatemaltecos emigrantes a unirnos en la lucha para que, a plazo corto, se logre una Ley de Inmigración justa y humana en Estados Unidos.

Finalmente, señalo al Poder Ejecutivo y al Poder Legislativo de Guatemala, al igual que al Tribunal Supremo Electoral y la Corte de Constitucionalidad, que los guatemaltecos y guatemaltecas que hemos cruzado la frontera en busca de trabajo no hemos perdido ninguno de nuestros derechos humanos y constitucionales. Exigimos nuestro derecho a tener un representante de los migrantes en el Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala (CONAMIGUA) y el pleno derecho al voto y a la representación de las y los guatemaltecos en el exterior.