El pasado 11 de junio dejó de existir el periodista guatemalteco Oscar Luna Molina, ampliamente conocido como «El Chinito», quien tenía 97 años de edad y uno de los pocos periodistas guatemaltecos que firmó el acta de fundación de dos de las más importantes organizaciones de prensa nacionales del siglo XX. Fue cofundador de la Asociación de Periodistas de Guatemala -APG- y del Instituto de Previsión Social del Periodista -IPSP-. ¡Era toda una leyenda del periodismo nacional!
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Luna Molina fue un periodista completo, fundador y director del Noticiero Continental, más o menos a mitad del año 1946, cuando sólo existían unas tres o cuatro estaciones de radiodifusión y otros tantos órganos de prensa radiodifundidos. Estos eran los siguientes: Diario del Aire, el primero de todos, fundado por Miguel íngel Asturias, Francisco Soler y Pérez y Oscar Rodríguez Rosal. Se trasmitía desde el 1 de junio de 1938, en la histórica Radio Nacional TGW, que durante años fue la única estación oficial en el país…y Asturias y compañía gozaron ampliamente porque tenían un contrato de exclusividad, avalado por el dictador Jorge Ubico (un apasionado de la radio).
El segundo radioperiódico en Guatemala fue Radio Reporter, fundado el 15 de diciembre de 1944, por los periodistas Humberto Madariaga Fernando Molina Nanini y Francisco Morales Cubas. Nunca supe en que radio nació. El tercer radioperiódico fue Atalaya, dirigido por Alfredo Aragón Castelán y Oscar González. Atalaya fue el primer noticiero de radio que transmitía sus emisiones en horarios matutinos, toda una novedad para la época, bajo el eslogan «Atalaya, el noticiero de la mañana».
El cuarto radioperiódico que se fundó en nuestro país, fue Guatemala Flash, el 20 de noviembre de 1946, que se transmitía en la Radio Ciros. Su fundador: Carlos de León Paz. Posteriormente llegaron Francisco Montenegro Sierra y Ramiro Mac Donald Blanco, mi padre, quien a la postre fue su director por espacio de más de 30 años.
Tras la Revolución del 44, la radiodifusión y el periodismo radiofónico, se liberaron del yugo dictatorial que los tenía sumidos el gobierno del general Ubico, quien gobernaba el país como su finca privada y no dejaba que hubiera competencia en el campo de la radiodifusión. Pero a todo dictador le llega su sábado?
Todos estos datos son parte de un compendio que estamos elaborando sobre la historia del periodismo radiofónico, que compartiremos pronto. Pero surgió como una referencia obligada, ante la muerte del gran «Chinito» Luna Molina, uno de los más longevos periodistas guatemaltecos, fallecido hace poco. Recuerdo al «Chinito», cuando -en una pensión de su propiedad, en el segundo piso de una solariega residencia- allá en la 6ª. avenida, entre 15 y 16 calles zona 1, nos reuníamos para ver peleas de box internacional, junto a mi padre? degustando los exquisitos platillos que cocinaba su estimadísima esposa: Doña Aracely Palarea de Luna.
Su esposa, además de ser una extraordinaria ama de casa, había sido una institución en el radioteatro guatemalteco, introduciendo a varias generaciones al mundo del arte de la palabra hablada. Que descansen en paz los radioperiodistas mencionados en esta columna, pues todos estos hombres y mujeres comunicadoras que he referido, estarán juntos -ahora- degustando un buen platillo chapín y un buen trago y diciendo: ¡Salú Chinito, salú don Ramy, salú todos!