La elección presidencial francesa inspira a los escritores, que debaten sobre la campaña electoral en el Salón del Libro de París, y no escatiman las críticas a los candidatos, tachados de «paranoicos», «incultos» u oportunistas.
El Salón del Libro de París, una de las manifestaciones culturales más importantes de Europa, se realiza del 34 al 27 de marzo, con la participación de unos 2 mil autores y mil 200 editores, y la India como país invitado.
En la «Terraza política», situada en el centro del Salón, la flor y nata de los escritores franceses hace un panorama, a veces implacable, de la vida política francesa.
«Los candidatos, en particular los tres principales, son mucho menos cultos de lo que eran Charles de Gaulle, Georges Pompidou o Franí§ois Mitterrand. Cuando de Gaulle hablaba, se oía detrás de su discurso a Suetonio. Yo no oigo a Suetonio con Nicolas Sarkozy, ni a Tácito con Ségolí¨ne Royal», resumía ayer Marc Lambron, autor de «Mignonne, allons voir…» («Bonita, vamos a ver…», Editorial Grasset), libro sobre la candidata socialista.
«En esta elección tenemos una ’enarca’ (Royal, egresada de la prestigiosa ENA, la Escuela Nacional de Administración francesa), un abogado (Sarkozy) y un profesor (Franí§ois Bayrou). Hay menos novelas en la mente de los candidatos, lo que no impide que sean bastante novelescos», prosigue el escritor.
Franí§ois Bégaudeau acaba de publicar «Une année en France» («Un año en Francia», Ed. Gallimard), sobre las crisis que vivió el país (referéndum sobre la Constitución europea, violencia en los suburbios, manifestaciones contra el empleo precario). «Es verdad que Ségolí¨ne Royal es bastante inculta, en todo caso no se sitúa en la tradición de quienes han leído todo Chateaubriand. Y, por otra parte, es una mala oradora, lo que a mis ojos la torna eminentemente simpática», estima.
Pero Bégaudeau afirma que, pese a todo, votará por la candidata socialista, a la que encuentra «más a la izquierda que Bayrou».
Los intercambios entre escritores son apasionados, aunque cordiales. Marc Dugain, autor de «Une exécution ordinaire» («Una ejecución ordinaria», Ed. Gallimard), apoya a Franí§ois Bayrou.
«Es algo que yo no habría hecho nunca antes», explica. «Creo que es el menos paranoico de los candidatos. Lo que me interesa es que se termine con esta república de la sub-representación», argumenta.
«Para mí, Ségolí¨ne Royal no es de izquierda. Hoy, nos damos cuenta que la oposición derecha-izquierda es mantenida artificialmente por personas que tienen intereses más personales que colectivos», sostiene Dugain.
La política estuvo también presente en el Salón del Libro ayer con una manifestación de unas 40 personas, que desfilaron en el mismo en apoyo a la dirigente opositora birmana y Premio Nobel de Paz Aung San Suu Kyi, y denunciaron un reciente acuerdo comercial entre India, país invitado del Salón, y el gobierno militar birmano.
E incluso se hizo presente en el espacio dedicado a los cómics del Salón, con la presentación el sábado del primer álbum de Asterix traducido simultáneamente en hebreo y en árabe, con el objetivo de tender «una pasarela» entre las dos culturas, según sus traductores.
Desde su creación en 1959 las aventuras de Asterix se han traducido a 107 idiomas, pero sólo ediciones limitadas habían aparecido ahora en hebreo y en árabe.
Para este lanzamiento conjunto, fue elegido «Astérix en la India» por sus referencias a «Las mil y una noches», y los traductores adaptaron la historia al contexto de Oriente Medio, aunque guardando «la frescura del texto».
«A través de la traducción, hay una apertura al otro, a todos los pueblos», declara el sirio Jamal Chehayeb, traductor de la versión árabe.
Por su parte, la israelí Dorith Daliot Rubinovitz, traductura de la versión hebrea, recalca el «humanismo sin fronteras» de los personajes de la tira.