Salen in extremis de la recesión


Gran Bretaña salió in extremis en el cuarto trimestre de 2009 de la severa recesión en que se hallaba sumida desde hace 18 meses, con un crecimiento de 0,1% mucho más débil de lo previsto que hace presagiar una recuperación lenta y difí­cil de su maltrecha economí­a.


El escaso crecimiento del cuarto trimestre estuvo liderado por la producción y los servicios, en particular la distribución y la hostelerí­a, según la primera estimación oficial divulgada este martes por la Oficina Nacional de Estadí­sticas (ONS).

La cifra constituye una decepción para los analistas, que apostaban en promedio por una subida del Producto Interior Bruto (PIB) británico del 0,4%, tras seis trimestres consecutivos de contracción.

Con una contracción de 4,8% entre el 1 de enero y el 31 de diciembre, la golpeada economí­a británica sufrió así­ el mayor retroceso desde que la ONS empezó a recopilar estos datos en 1948.

Durante toda la recesión, que se inició en el segundo trimestre de 2008 y fue la más larga registrada en este paí­s desde la Gran Depresión en los años 30, la caí­da acumulada fue del 6%.

Con respecto a hace un año, el PIB pierde todaví­a 3,2%.

Gran Bretaña se convirtió así­ en el último miembro del grupo de los siete mayores paí­ses industrializados (G7) en salir de la recesión. Sus principales vecinos, Alemania y Francia, la dejaron atrás en el segundo trimestre de 2008.

Entre las grandes economí­as europeas, sólo España sigue todaví­a en números rojos a resultas de la grave crisis financiera y económica mundial.

El ministro de Finanzas, Alistair Darling, admitió en una primera reacción en la BBC que la cifra era «modesta» y aunque abogó por la «prudencia», se mostró confiado en que si su gobierno «continúa en el camino que nos hemos fijado, si no retiramos el apoyo a las familias y a las empresas, podemos confiar en que veremos una recuperación».

Más pesimistas, los analistas advirtieron que la economí­a británica no está todaví­a a salvo, y que su recuperación será lenta y difí­cil.

«Con los hogares bajo presión, una oferta de crédito todaví­a poco abundante y la perspectiva de un plan de austeridad fiscal, el regreso a los niveles de actividad de antes de la recesión va a estar lleno de baches», declaró Jonathan Loynes, de Capital Economics, para quien esta cifra supone un «duro golpe».

La decepción se sintió también en el mercado de divisas, donde la libra esterlina se debilitó en relación al euro y al dólar tras el anuncio.

Aunque no hay razón para ningún triunfalismo, la noticia deberí­a dar un respiro al primer ministro laborista Gordon Brown, a sólo unos meses de las elecciones generales previstas a más tardar en junio y que según todos los sondeos deberí­a perder ante los conservadores liderados por David Cameron.

Un portavoz de Downing Street indicó que Brown estaba a la vez «confiado y prudente» en cuanto a las perspectivas de la economí­a británica.

Pero sus rivales conservadores criticaron al gobierno alegando que carecí­a de un «plan creí­ble» para limitar el déficit, que se disparó a consecuencia de la crisis y deberí­a totalizar 178.000 millones de libras (285.000 millones de dólares, 200 millones de euros) en el ejercicio que termina el 31 de marzo, y que eso «minaba la confianza».

«Estábamos mal preparados para la recesión y ahora estamos mal preparados para la recuperación», declaró George Osborne, portavoz económico del partido conservador que aboga por una drástica reducción del gasto público.