Un país pequeño con un presupuesto precario tiene que tener una gran habilidad para obtener el mayor resultado, el mejor producto en sus relaciones internacionales y para lograrlo su principal activo debe ser el recurso humano.
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Guatemala tiene embajadores vitalicios, algunos de ellos con más de 20 años de encontrarse en el exterior, muchos casados con extranjeros; sus hijos no son guatemaltecos, nacieron, se educaron, se casaron fuera de nuestro país. La Cancillería y los diferentes gobiernos no establecen una rotación de embajadores y de miembros en las diferentes embajadas y consulados. Cuando un diplomático se casa con una persona de nacionalidad del país donde está acreditado, la rotación y el traslado debe ser automático.
Haciendo un parangón con el béisbol, la actual Cancillería ha ido al bate en múltiples oportunidades y en todas la ponchan. No son el Presidente y Vicepresidente de la República los que deben preparar los viajes, negociar la agenda, acordar y concertar las reuniones con los gobernantes de los países a donde se dirigen. Ese es el trabajo previo que los embajadores, su personal y ante todo el Ministro y los Viceministros tienen que efectuar. Es muy cómodo, es muy agradable vivir años de años en el extranjero como embajador, pero en qué país, en qué empresa se admite que sólo obtengamos malos resultados.
«Strike one». En Guatemala se permite que públicamente los embajadores opinen, den declaraciones a la Prensa sobre el tema que deseen. ¿Es eso un acierto o un desacierto de la Cancillería? Comparémonos. Qué declaraciones ha dado el actual embajador en Washington a favor del millón y medio de guatemaltecos que legalmente o no se encuentran trabajando en Estados Unidos? ¿Qué ha hecho para que no se hagan redadas en contra de los connacionales? Cuál ha sido su actitud porque un jefe de Policía o cualquier otro funcionario cree una cárcel de tiendas de campaña donde nuestros connacionales se asan durante el día y en la noche se congelan, porque él decide mantenerlos presos como delincuentes cuando lo único que se les puede atribuir es una falta administrativa al no poseer una visa y un permiso de trabajo.
«Strike two». En el importantísimo tema del reclamo territorial, insular y marítimo entre Belice y Guatemala, donde el futuro del millón de guatemaltecos que pronto poblarán Petén está en peligro, ¿qué aciertos puede atribuírsele al embajador en la OEA, al de Belice o mucho menos al Canciller y sus tres viceministros?
«Strike three». ¿Quién es el responsable de evitar un desacierto al Presidente y al Vicepresidente en una visita oficial como es el reciente caso de la visita al hermano país de Cuba? Por supuesto que es el Canciller y sus viceministros quienes tendrían que negociar previamente cada minuto, cada acto, el desarrollo de la agenda y su adecuado resultado para el Presidente.
En todas las oportunidades que oficialmente viajé representando al Estado de Guatemala, me reuní con el presidente, el vicepresidente y el canciller de los países a los que visité. Cuba no fue la excepción, en las dos oportunidades, una por la reunión del G-70 y otra en visita oficial, tuve el honor de reunirme con el presidente Fidel Castro, con el vicepresidente Carlos Lange, con el canciller Felipe Pérez Roque y también de intercambiar información y lograr acuerdos de mutuo apoyo con los ministros de Educación, Salud y Agricultura.
Por ello, lamento este tercer strike donde indudablemente quedó «ponchado» el Ejecutivo como lo evidencian las reacciones y manifestaciones de la mayoría de quienes se han expresado públicamente.