Sabrina: la historia de una madre que vio cómo la tierra mató a su hijo


Sabrina de Jesús estaba en su casa de Niteroi (oeste de Rí­o) cuando un crujido la hizo salir: el cerro donde viví­a se desmoronaba, y aunque logró salvar a su hijo más pequeño, tuvo que ver cómo la tierra «se lo tragó» al mayor, a su madre, a su abuelo y a sus esperanzas.


Rescatistas liberan los cuerpos sin vida de las ví­ctimas del deslizamiento de tierra. AFP PHOTO/EVARISTO SA

En medio del trabajo frenético y a contrarreloj de los equipos de rescate, bajo la mirada atenta de los habitantes a la espera de noticias de sus seres queridos, Sabrina -de 26 años- permanecí­a bajo una carpa de la defensa civil, en shock, con la mirada perdida.

«Sinceramente, no tengo esperanzas. Es demasiada tierra. Y doce horas bajo tierra, es mucho» tiempo, dijo Sabrina , con los ojos llenos de lágrimas, sin poder creer del todo que su madre Nadia, su abuelo Abilio y su hijo Caique de seis años puedan estar vivos bajo toneladas de lodo, escombros y basura.

La favela fue construida hace 25 años de forma irregular sobre un viejo depósito de basura que estaba en el lugar hace cuatro décadas, y era una zona de alto riesgo ante las intensas lluvias, por la inestabilidad del suelo, explicó el secretario de trabajos públicos de Niteroi, José Mocarzel, mientras un fuerte olor a gases tóxicos se extendí­a por el lugar.

El drama que vive Sabrina es el mismo que el de cientos de otros pobladores del Morro do Bumba.

Los bomberos estiman que más de 200 personas habrí­an quedado sepultadas bajo el lodo y afirman que el personal de rescate trabaja arduamente en busca de sobrevivientes.

«Según el testimonio de los vecinos, unas 200 personas podrí­an estar bajo los escombros, pero es impreciso, quizás sean más», dijo a la AFP el jefe de bomberos de esa localidad, Pedro Machado.

Como hipnotizada, Sabrina cuenta su desgracia: estaba en su casa cuando escuchó un ruido, como un crujido. Creyendo que era un choque de autos, salió. Y entonces la avalancha arrasó con todo a su paso y sólo pudo agarrar del brazo a su hijo mayor.

«Mi Dios. Hace 12 horas» que están bajo tierra, repite sin cesar, mientras un bombero intenta consolarla.

«Dios tendrá la última palabra. En Haití­, las personas quedaron 11 horas bajo los escombros y sobrevivieron», dijo el teniente Olimar.

Pero las esperanzas desaparecieron para las autoridades debido a lo escarpado del terreno, el gigantesco volumen de tierra y escombros desplazados, y los gases tóxicos que suben desde el suelo.

Mientras Sabrina habla, un hombre pasa con una mujer desmayada en los brazos.

Unos 150 rescatistas, de defensa civil, bomberos, soldados, y también habitantes de la favela, trabajaron sin descanso durante toda la noche en busca de sobrevivientes.

Las cuatro excavadoras en el lugar son manejadas con cuidado por el riesgo de nuevos deslizamientos de terreno.

En total 25 personas fueron retiradas con vida de los escombros, así­ como 11 cuerpos, de acuerdo a información divulgada por la prensa local. Consultada por la AFP, la alcaldí­a de Niteroi indicó que en la ciudad son 86 los muertos por las lluvias hasta el momento, pero no pudo ofrecer un balance del número de fallecidos en el derrumbe del miércoles.

Con esta nueva tragedia, la cifra de muertos en el estado de Rí­o de Janeiro, por el peor temporal en 44 años, alcanza a 157 de acuerdo con datos proporcionados a la AFP por la defensa civil.