SABAS ESPINOZA: UN ARTISTA CONSECUENTE


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Desde el martes 9 de septiembre hasta el 11 de octubre estará abierta al público la exposición de dibujos y pinturas del joven artista Sabas Espinoza (Guatemala, 1991) en el Business Center del Centro Gerencial Las Margaritas.

Por Juan B. Juárez

Se trata de una serie en la que el artista indaga en su interior sobre los valores sociales y humanos que son el motor de nuestra época, de los que surge un conflicto existencial que desgarra la visión del mundo de las nuevas generaciones.

Apoyado en un dibujo fino, analítico y minucioso, Sabas Espinoza delinea con rigor y precisión las inquietantes intuiciones de su intelecto, los circunspectos vuelos de su imaginación poética, la atmósfera emotiva que envuelve su existencia cotidiana y la forma inequívoca de los signos y símbolos de su lenguaje artístico, grave y profundo.

Sin estudios formales en la academia, toda su vida, sin embargo, ha estado de alguna manera inmersa en un ambiente artístico que no sólo lo ha hecho consciente de los problemas, sociales y existenciales de nuestro tiempo sino que además lo ha estimulado a expresar sus ideas y sentimientos a través de la creación artística. De allí que maneje con soltura y propiedad el acervo de conceptos y motivos gráficos, simbólicos y poéticos de la tradición plástica guatemalteca, lo que le permite no sólo expresar convincentemente el espesor de su vida interior sino también articular y comunicar contenidos conceptuales agudos, críticos y pertinentes sin dejar de lado la sensual plasticidad de las imágenes.

Las obras que reúne esta exposición surgen no de los sueños incontrolados y dispersos de un artista “surrealista” ni tampoco de una imaginación suelta, desbordada y fantástica, sino de una introspección rigurosa y valiente que descubre y pone ante los ojos del propio artista las atormentadoras tensiones y contradicciones que desgarran “el espíritu de nuestra época”. 

La fragilidad de las aves, su inefable libertad y la gracia de su vuelo, sí, pero a la par las afiladas garras, los hirientes clavos, las aguzadas espinas;  el cuerpo de la mujer, sí, pero oprimido hasta la tortura en altas y estrechas ventanas, colocadas sintomáticamente cerca del corazón, desde las cuales exhibe su rostro dolorido y su oprimida sensualidad; el cruel y refinado juego del gato, etc., son símbolos reveladores y metáforas certeras en torno a una concepción crítica de nuestro actual modo de vida y de nuestro mundo eficiente y desalmado.

Sabas Espinoza no es el joven que hace alardes de su talento y sus habilidades; es el artista lúcido y sensible que se rebela contra unas causas ciertas e inconmensurables que vive en carne propia y que, al mismo tiempo, promueve una actitud fundada en la condición humana, de la que cabe esperar consecuencias.

Las obras que reúne esta exposición surgen no de los sueños incontrolados y dispersos de un artista “surrealista” ni tampoco de una imaginación suelta, desbordada y fantástica, sino de una introspección rigurosa y valiente que descubre y pone ante los ojos del propio artista las atormentadoras tensiones y contradicciones que desgarran “el espíritu de nuestra época”.