El presidente ruso, Dimitri Medvedev, acusó hoy a la OTAN de seguir su expansión hasta las fronteras rusas y ordenó un rearme «a gran escala» de las fuerzas rusas, incluyendo la renovación de su arsenal nuclear, a partir de 2011, informaron agencias de prensa rusas.
«A partir de 2011, se iniciará un rearme a gran escala del Ejército y la Armada», dijo Medvedev en una reunión de mandos militares en Moscú, según las agencias.
«El análisis de la situación político-militar muestra que existe el potencial de un conflicto serio en algunas regiones, alimentado por las crisis locales y las tentativas incesantes de la OTAN de desarrollar su infraestructura militar cerca de las fronteras de nuestro país», explicó.
«La tarea principal es aumentar la preparación para el combate de nuestras fuerzas, antes que nada la de nuestras fuerzas estratégicas nucleares. Deben ser capaces de cumplir con todas las tareas necesarias para garantizar la seguridad de Rusia», dijo Medvedev.
Recordando la breve guerra con Georgia en agosto de 2008 por la región separatista prorrusa de Osetia del Sur, Medvedev estimó que las fuerzas rusas «reaccionaron bien» pero que el conflicto puso de manifiesto sus «debilidades».
«Los problemas de abastecimiento de ciertas categorías de armas y de medios de comunicación son bien conocidos y exigen una reacción inmediata», aseguró.
En el mismo encuentro, el ministro de Defensa ruso, Anatoli Serdiukov, anunció que su ministerio transferirá a la compañía civil estatal Oboronservis de la gestión de asuntos como el alojamiento de los militares, la alimentación o la reparación de armas.
Las palabras de Medvedev ponen en entredicho las declaraciones de los dirigentes rusos sugiriendo una mejora de las relaciones con Estados Unidos tras el fin de la administración de George W. Bush y el inicio de la del presidente Barack Obama.
Un informe publicado ayer en Washington por una comisión de expertos aconsejaba a Obama dejar de alentar la ampliación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a países fronterizos y antiguas repúblicas soviéticas como Georgia y Ucrania para acabar con el malestar de Rusia.
Medvedev no dio cifras sobre el coste del rearme ni su financiación, en un momento en que Rusia se ve seriamente afectada por la crisis económica mundial.
Con sus palabras Medvedev buscaba de entrada «mostrar a los militares que entiende sus problemas», tras el malestar generado en medios castrenses por un plan de reforma de las fuerzas armadas que se concretará con una reducción de personal, estimó Fiodor Lukianov, redactor jefe de la revista «Rusia en la política mundial».
Moscú «no tiene la intención de librar una guerra con la OTAN como en la época soviética», estimó Lukianov, sino que quiere modernizar su ejército «para hacerlo más compacto y eficaz».
El analista militar independiente Alexander Golts cree que, con sus palabras sobre la OTAN, Medvedev se refería «al potencial negativo» de la organización, en la medida en que «las tres grandes guerras de los últimos diez años -Yugoslavia, Afganistán e Irak- fueron iniciadas por países de la Alianza».
En cualquier caso, Golts cree que «las especulaciones sobre la ampliación de la OTAN no tienen nada que ver con amenazas reales» y que la Alianza no «prevé invadir Rusia».
Rusia, el país más grande del mundo y uno de los pocos con armas nucleares, cuenta en la actualidad con un Ejército de un millón de personas.