Rusia prometió el lunes que tratará de persuadir a Siria a que deje sus arsenales de armas químicas en manos de la comunidad internacional y los desmantele rápidamente a fin de evitar ataques militares.
El sorpresivo anuncio del canciller ruso Serguéi Lavrov ocurrió pocas horas después de que el secretario de Estado John Kerry advirtiera que el presidente sirio Bashar Assad podría resolver la crisis si sus fuerzas someten «hasta la última pieza» al control internacional para fines de la semana.
Kerry admitió sin embargo que cree que Assad «no lo hará», pero Lavrov, quien acaba de concluir una ronda de conversaciones en Moscú con su par sirio Walid al-Moalem, dijo que Moscú trataría de convencer a los sirios.
«Si el establecimiento de un control internacional sobre las armas químicas en ese país permite impedir un bombardeo, comenzaron de inmediato a trabajar con Damasco», expresó Lavrov.
«Exhortamos a las autoridades sirias a no sólo acceder a colocar las armas químicas bajo control internacional, sino también a la subsiguiente destrucción de ese arsenal e incorporarse plenamente al tratado internacional que prohíbe las armas químicas», comentó.
Lavrov dijo ya había entregado la propuesta a al-Moalem y que esperaba obtener una respuesta «rápida y esperemos que sea positiva».
La declaración salió al paso de versiones prensa de que el presidente ruso Vladimir Putin, quien dialogó con el presidente estadounidense Barack Obama durante la cumbre del G20 en San Petersburgo la semana pasada, trató de forjar un acuerdo mediante el cual Assad cedería el control de sus armas químicas.
Poco antes, Lavrov negó que Rusia tratara de crear un acuerdo «detrás de las espaldas del pueblo sirio».
Lavrov y al-Moalem dijeron, después de su diálogo, que pedirán el regreso de los inspectores de la ONU a Siria para que continúen investigando el presunto uso de armas químicas.
Al-Moalem dijo que su gobierno estaba dispuesto a recibir a los inspectores de la ONU para que investiguen el supuesto uso de armas químicas, e insistió en que Siria está dispuesta a utilizar todos los canales disponibles para convencer a las autoridades estadounidenses que no lanzó los ataques.
Agregó que Siria está lista para «una cooperación plena con Rusia a fin de eliminar el pretexto de la agresión».
Ninguno de los ministros, sin embargo, ofreció pruebas que respalden su aseveración de que los rebeles eran los que estaban detrás los ataques químicos.
Lavrov dijo que Rusia continuará promoviendo una solución pacífica a la crisis y podría tratar de convocar a una reunión con todos los líderes de la oposición siria para que inicien negociaciones. Añadió que un ataque estadounidense contra siria asestaría un golpe mortal a las gestiones de paz.
Lavrov se negó a detallar cómo Rusia respondería a un ataque estadounidense contra Siria, afirmando que «no queremos declarar sobre una posibilidad negativa y más bien preferimos volcar nuestros esfuerzos en tratar de impedir una intervención militar».
Putin dijo que Moscú seguirá suministrando ayuda a Siria en caso de un ataque estadounidense, pero tanto él como otros dirigentes rusos han dejado claro que no tienen intenciones de involucrarse en conflicto alguno.