El presidente Vladimir Putin instó hoy a los rusos a votar en las elecciones presidenciales «decisivas» del domingo para garantizar la «estabilidad» y el «futuro» del país, que será dirigido con toda probabilidad por su sucesor designado, Dmitri Medvedev.
Al término de un mes de campaña electoral, el jefe de Estado pronunció un discurso televisado, el último antes de la primera vuelta de los comicios del domingo.
«El 2 de marzo, cada uno de sus votos será importante» para «la renovación del poder», declaró solemnemente Putin.
«Les pido que vayan a votar el domingo. Y que voten por nuestro futuro, juntos», agregó el presidente que ha dirigido Rusia desde 2000 y se prepara para asumir el puesto de primer ministro bajo el mandato de su delfín Medvedev.
«Ustedes saben la importancia que tiene la confianza de los ciudadanos para (el jefe de Estado) y hasta qué punto es necesaria para garantizar la estabilidad del país», subrayó.
Putin se dirigió a sus conciudadanos pocas horas antes del final de una campaña electoral marcada por la ausencia total de suspense, con la victoria de Medvedev dada por descontada de antemano.
Según los últimos sondeos, el primer viceprimer ministro y presidente del consejo de administración del gigante ruso del gas Gazprom obtiene entre un 61% y un 80% de las intenciones de voto, seguido por el comunista Guennadi Ziuganov (entre 9% y 16%).
Les siguen el ultranacionalista pro Kremlin Vladimir Jirinovski (entre 7% y 14%) y el pro europeo Andrei Bogdanov (1%).
La omnipresencia de Medvedev se ha hecho patente en las últimas semanas. Los tres otros aspirantes juntos, condenados a un papel de figurantes en la carrera presidencial, han contado con 17 veces menos de tiempo en antena que el candidato del Kremlin, según un estudio del Centro de Periodismo en Situaciones Extremas.
El presidente de la Comisión Central Electoral, Vladimir Chourov, reconoció por primera vez en una entrevista a la BBC que el trato a los candidatos no ha sido «igual» en los medios, algo que calificó sin embargo de «justo» habida cuenta de las funciones de Medvedev.
El Partido Comunista deploró hoy el clima en el que se ha desarrollado la campaña ante una delegación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE).
El número dos de la formación, Ivan Melnikov, denunció un «ramo de violaciones» de primer rango, como la «cantidad enorme de talones» que se han emitido, un documento que permite votar en un colegio diferente al que se está inscrito, lo que, según él, abre la vía a todo tipo de abusos.
Para alentar a los rusos a votar y legitimar al máximo la elección de Medvedev, todos los medios son válidos.
Así, como en las legislativas de diciembre, los operadores móviles envían mensajes de texto invitando a los clientes a acudir a las urnas.
Mañana, la oposición liberal, que no ha podido inscribir a ningún candidato en los comicios, entregará a la Comisión Electoral más de 5 mil firmas de personalidades y simples ciudadanos que rechazan «participar en esta farsa».
Putin ha afirmado que aceptaría la propuesta de Medvedev de convertirse en su primer ministro tras ocho años en el Kremlin, una situación inédita en la historia rusa.
La única incógnita que revisten estos comicios reside en la forma en que los dos hombres se repartirán el poder a partir de mayo.
A falta de incertidumbres, los observadores y analistas se han limitado a especular sobre el futuro de Putin. ¿Primer ministro de transición antes de una retirada dorada? ¿Hombre fuerte del país como jefe de gobierno, antes de regresar al Kremlin? ¿O Medvedev será el líder ruso de los próximo ocho años tras haber «matado» al padre? Las apuestas están abiertas.