Las tropas rusas levantaron este sábado los cinco campamentos principales que habían prometido desmantelar al oeste de Georgia, en virtud de un acuerdo suscrito el 8 de septiembre entre Rusia y la Unión Europea, según el ministerio georgiano del Interior.
«Puedo confirmar que se han levantado las cinco bases rusas en el eje Poti-Senaki (oeste). Las tropas rusas se dirigen hacia Abjasia», afirmó a la AFP el portavoz del ministerio del Interior, Chota Utiachvili.
Por la mañana una periodista de la AFP había constatado que los campamentos situados alrededor del puerto estratégico de Poti, en Nabada y en Patara Poti habían sido sido levantados por completo, al igual que los otros dos cercanos a la ciudad de Senaki.
«Nos marchamos dentro de un rato. Vamos a Abjasia, volvemos a Rusia», había dicho un soldado a la AFP, una horas antes de la partida de las tropas.
Los que estaban despiertos a estas horas de la mañana les miraban pasar con satisfacción.
«Me alegro mucho de que se vayan. Y sobretodo que no vuelvan», dijo Lali Choria, resumiendo la opinión de otros habitantes que había en una estación de autobús.
Abjasia es una de las regiones separatistas georgianas en la que comenzó un conflicto el pasado mes de agosto que, según las estimaciones, ha dejado cientos de muertos a ambos lados y decenas de miles de desplazados.
El conflicto también ha causado una brecha diplomática entre Rusia y Occidente, con tensiones sin precedentes desde la Guerra Fría.
Esta retirada obedece al acuerdo alcanzado entre presidente de turno de la Unión Europea (UE), el francés Nicolas Sarkozy, y su homólogo ruso Dimitri Medvedev en su encuentro el pasado 8 de septiembre.
Medvedev aceptó replegar sus tropas de los puestos estratégicos entre Poti y Senaki antes del lunes, como parte de una retirada que debería completarse a mediados de octubre, junto al despliegue de 200 observadores de la UE en Georgia.
Pero Rusia insistió en que mantendría 7.600 soldados en Abjasia y Osetia del Sur, la otra región separatista, lo que provocó la cólera de Georgia y la consideración de Estados Unidos de que Moscú estaba violando el acuerdo de alto el fuego.
El viernes, Medvedev defendió a Rusia comparando la ofensiva militar de Georgia en Osetia del Sur con los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
«Casi inmediatamente después de esos sucesos, me vino en mente que para Rusia, el 8 de agosto de 2008 fue casi como un 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos», declaró Medvedev ante un grupo de expertos de un grupo de reflexión Valdai reunido en Moscú.
Rusia respondió a los ataques en la región fronteriza con una invasión militar, alegando que debía defender a los cientos de surosetos que tenían la nacionalidad rusa.
Mientras tanto en Georgia, la oposición aumentó el viernes sus críticas contra el presidente georgiano Mijail Saakashvili. Una de sus ex aliados, Nino Burjanadzé, reclamó «una investigación» sobre los acontecimientos que condujeron al conflicto armado con Rusia.
«Naturalmente, lo que pasó fue una provocación rusa pero necesitamos saber si era posible no ceder a esa provocación», explicó.
La ofensiva rusa en Georgia suscitó unas vivas críticas en Occidente, que se acentuaron tras el reconocimiento por parte de Moscú de la independencia de Osetia del Sur y de la otra región separatista georgiana de Abjasia.
Sin embargo el ministro de Relaciones Exteriores Sergei Lavrov descartó el viernes cualquier discusión sobre el reconocimiento de la independencia, o el estatus, de estas dos regiones georgianas antes de la reunión prevista para el próximo 15 de octubre en Ginebra.
También anunció que el domingo pretendía visitar Abjasia y el lunes viajaría a Osetia del Sur.