Ruptura en la Gana cambiarí­a mapa legislativo


La ruptura que se ve venir a lo interno de la Gran Alianza Nacional (Gana), hace suponer que en los primeros dí­as de instalada la nueva legislatura que tomará posesión el 14 de enero del año entrante, se producirá una correlación de fuerzas distinta a la voluntad popular expresada por los guatemaltecos en las pasadas elecciones generales, que le depositaron su confianza al aun partido oficial, colocándolo como la segunda fuerza polí­tica de oposición con 37 escaños.


La excusa de la polémica indemnización y otras prerrogativas salariales que los diputados se autorizaron, sólo es la punta del iceberg, que habrí­a hecho brotar las diferencias que se agudizaron entre los dos grupos hegemónicos a lo interno de Gana en la ví­spera de la segunda vuelta, unos apoyando a Colom y otros a Pérez y que posteriormente con el triunfo de UNE se materializó con el respaldo al Presupuesto General de la Nación 2008.

La excusa del Comité Ejecutivo Nacional de Gana, encabezado por su secretario general Alfredo Vila, en el sentido que el grupo de diputados distritales encabezados por los diputados Jorge Méndez y Jaime Martí­nez habrí­an desatendido las directrices del partido de no apoyar la indemnización es sólo más que eso, puesto que la pugna interna se deriva de otros factores, tales como negociar por ejemplo puestos directivos a espaldas de la alta dirigencia.

La historia podrí­a repetirse

Parece ser, según fuentes ligadas a esa agrupación polí­tica que las posiciones de ambas partes están polarizadas a tal punto que la crema y nata de las élites preferí­an quedarse con una bancada reducida a tener que lidiar con Méndez Herbruger y Martí­nez Lohayza que le han jugado la vuelta, dada la experiencia del primero que ha encontrado la fórmula para llegar a importantes acuerdos con sus homólogos, los operadores polí­ticos de los principales bloques de oposición.

Méndez fue presidente del Congreso en los periodos legislativos 2004-2005 y 2005-2006, y aunque se le cuestionó su peculiar estilo de dirigir este alto Organismo del Estado, ofreciendo dádivas a diestra y siniestra fue una pieza importante del gobierno del presidente Berger para consensuar buena parte de la agenda legislativa del Ejecutivo, ante la ausencia de verdaderos operadores polí­ticos de esta administración que está a un mes de fenecer.

El riesgo de expulsar a Herbruger y Martí­nez Lohayza podrí­a derivar que la lí­nea distrital se apodere del partido, tal como sucedió con el PAN de Arzú, cuando Leonel López Rodas se lo arrebató, cuyos despojos posteriormente recogió Rubén Darí­o Morales, actualmente secretario general de esa organización polí­tica que no obstante los elevados montos millonarios que invirtió en la pasada contienda electoral sólo cuatro escaños consiguió.

Es incierto aseverar el corrimiento que habrí­a a lo interno del Legislativo con la eventual desmembración de la Gana como ocurrió a inicios de esta legislatura, cuando el Partido Patriota (PP), se desenganchó, supuestamente por los cafecitos entre Berger y el general Rí­os Montt.

Aunque la bancada aún oficial permanezca con el mismo número de diputados, es evidente la ruptura.