Arnheim fue un teórico del lenguaje radiofónico, centrando su interés en el mensaje de la radio y la utilización de sus posibilidades expresivas, en amplio sentido. Toda la literatura científica de los últimos 70 años, que aborda la expresividad artística de la radio, tiene como referente obligado a este autor de origen alemán… o por lo menos, la más seria y académica.
Sus principios son los que han venido rigiendo las ideas de Balsebre, en España y los más respetables teóricos de la radiodifusión, como Paredes Quintana, en Chile y Ricardo M. Haye, en Argentina, Jimy Camargo en Ecuador y otros.
Arnheim seguirá siendo uno de los más importantes faros de la intelectualidad mundial, una leyenda proveniente de Alemania, que pasó su vida en Estados Unidos, proyectando sus ideas al mundo entero.
Para este autor, algunas cualidades y no pocos sentimientos humanos que captamos en la obra de arte que percibimos, no pueden ser verbalizadas o expresadas en palabras. Según Arnheim, este lenguaje no está en capacidad de darnos un medio de contacto directo con la realidad. El lenguaje solamente sirve para nombrar lo que ya ha sido escuchado, visto o pensado, por lo que puede paralizar la creación intuitiva y los sentimientos.
¿Qué sucede cuando está escuchando un programa de radio y se mencionan varios nombres que usted no conoce?
Si usted, por ejemplo, nunca ha escuchado hablar de las personas que se están mencionando en el programa radiofónico, simple y sencillamente no entiende de lo que se está tratando. En tanto, si usted escucha unas extrañas siglas, por ejemplo, MDF, sabe que el programa de radio (o intuye, si es que prendió su radio un poco tarde) está abordando el tema del escándalo financiero del Congreso de la República y la malversación de los 82 millones de quetzales, colocados en esa casa de bolsa en forma ilegal e inmoral.
Igualmente sucede con las imágenes visuales, icónicas les decimos los semiólogos. Esas imágenes pertenecen a un repertorio sígnico distinto al del discurso verbal, por lo que describir con palabras, por ejemplo un cuadro de Picasso (lenguaje icónico) con un lenguaje verbal, practicamos lo que hoy se conoce como una transcodificación. Esto es: se altera por completo la materia de la expresión, según Saussure, y la esencia sensible del mensaje, según Hjelmslev.
También le llaman transusantanción, porque ambas sustancias perceptibles -lo que percibimos como signos- cambian de un código a otro: mudamos del lenguaje visual hacia uno de formato verbal. ¿Pero, podremos describir verbalmente todos los horrores de la guerra, que plasma en esas imágenes retorcidas Pablo Picasso en su mundialmente famoso cuadro Guernica? Difícilmente. Siempre vamos a quedarnos cortos, según Arnheim… porque el lenguaje sirve solo para designar, aquello que ha sido antes codificado y decodificado con anterioridad. Si no, resulta extraño al proceso cognitivo, que no es capaz de encontrar una semiosis o significado adecuado.
Temas para discutir, analizar y reflexionar profundamente. Y ahora que estamos abordando temas sobre Semiótica y las relacionamos con la realidad nacional, rendimos un homenaje sonoro y visual, en ambos repertorios, a ese fascinador del lenguaje radiofónico: Rudolf Arnheim. Un auténtico genio.
En otra temática: han sido una delicia para los analistas todos los artículos relacionados con la frustrada imposición de la Orden del Quetzal a Fidel Castro Ruz. ¡Cómo la ideología transversaliza el lenguaje humano! Lástima que sigamos tan divididos los guatemaltecos?