El viento alborotaba la rizada cabellera de Evalinda Márquez, y se llevaba sus enamorados suspiros, mientras caminaba tomada de la mano de su novio, un apuesto e inteligente muchacho de su edad.
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í‰ste, la dejó en una alameda próxima a la lujosa vivienda en la que la chica vivía, no sin antes insistirle en que le permitiera entrar a conocer a los padres de ella, y así formalizar su relación.
Pero ante la alarma que se reveló en el rostro de la hermosa joven, su amado ya no dijo más; se conformó con observarla desde lejos, mientras abrigaba la esperanza de casarse con ella.
Evalinda ingresó a la misión; acto seguido, se despojó de las caras prendas de vestir de las hijas de su patrona, y se puso su uniforme de sirvienta.
SI QUIERES PAZ Y FELICIDAD, VIVE CON TOTAL HONRADEZ.