Ronaldinho resucita antes del Mundial


A pocas semanas de las convocatorias oficiales para el Mundial de Sudáfrica, Ronaldinho está queriendo llamar la atención de su seleccionador, Dunga, para ser tomado en cuenta. En la gráfica, celebra uno de sus goles de ayer con David Beckham, jugador inglés que también busca ser convocado a su selección. FOTO LA HORA: AFP GIUSEPPE CACACE

Ronaldinho se ha transformado. Y ha transformado al Milan. Lo decí­a Andrea Pirlo, uno de los veteranos del equipo, a principios de temporada, cuando los rossoneri estaban en los puestos del descenso, cuando no funcionaba nada, cuando se apostaba a que Leonardo, el técnico, no llegarí­a a comerse el turrón: «Estamos mimando a Dinho porque necesitamos su calidad para salir de esta crisis».

Redacción Deportes
lahora@lahora.com.gt

El brasileño habí­a perdido brillantez. Jugaba andando. No era titular. A veces llegaba tarde a los entrenamientos. Y muchas otras le pillaban de juerga por la noche. Cuando a uno de los periódicos italianos llegó la enésima foto de una fiesta a altas horas de la madrugada en un local (¡de Grecia!) y otras instantáneas suyas tocando tambores en Parí­s tras una derrota y en uno de los momentos más delicados del equipo, fue el propio Ronaldinho quien decidió cambiar de rumbo.

Primero eligió su casa como lugar de festejos nocturnos para que, al menos, nadie le pillara. La suya es una mansión cerca del lago Como que antes pertenecí­a al actor Vittorio Gassman. Luego se lo pensó mejor y decidió que podí­a seguir siendo un buen futbolista. Limitó la vida nocturna a lo mí­nimo indispensable. Por otro lado, en el Milan le diseñaron un plan especí­fico de entrenamiento que parece haber cumplido a rajatabla. También, según parte de la prensa italiana, porque el cambio de técnico le animó, ya que con Ancelotti se habí­a entristecido.

Quizás no tenga la velocidad y el regate que deslumbraban en el Barí§a, pero sí­ un ritmo suficiente para el calcio. Y cada dí­a, aun estando en la ciudad más gris de Italia, Ronaldinho dice sentirse feliz. «Más que en Barcelona» [donde marcó dos tripletes, uno en la Champions en 2005 y otro en la Copa de la UEFA en 2003], declaró la semana pasada en La Gazzetta dello Sport.

Suma seis goles. Y los ha anotado todos en los últimos tres partidos. Ayer, en la victoria contra el Siena (4-0), logró un triplete: uno, de penalti; otro, de cabeza, y el último, un capolavoro [obra de arte] como dicen en Italia, desde fuera del área. «Ha reencontrado el gusto por el fútbol bonito y se ha reencontrado con el gol», comentó Leonardo al final del encuentro.

Ronaldinho, que siempre ha necesitado mimos, atribuye su mejora a factores humanos. «Me siento amado», confesó ayer; «la gente, ahora, me respeta y eso me ayuda a darlo todo y emocionar a los aficionados». Su Milan está a seis puntos, y con un partido menos, del Inter (la diferencia máxima llegó a ser de nueve en la décima jornada). Y, el próximo fin de semana, hay derby. Los de Leonardo, con la aportación de Ronaldinho, Nesta y Thiago, han recortado poco a poco la distancia con su rival de siempre. El duelo en el Bernabéu con el Madrid fue el punto de inflexión.