El candidato presidencial republicano Mitt Romney afirmó ayer que comprende los apuros de las familias trabajadoras y sabe cómo solucionar su situación, esforzándose por acotar las consecuencias de un video sobre declaraciones suyas que el presidente Barack Obama esgrime en sus anuncios de campaña.
En el video, Romney dice que no necesita preocuparse por ganar el voto del 47% de la población que no paga el impuesto federal sobre la renta y que se considera víctima.
Los dos candidatos pasaron la jornada en el crucial estado de Ohio, con una especial urgencia para Romney debido a que nuevas encuestas muestran que el presidente ha tomado una ligera ventaja a seis semanas de las elecciones.
Obama hizo escala en dos universidades en la búsqueda de los 18 votos electorales de Ohio. Romney estuvo en el estado por segundo día consecutivo desplazándose en un autobús con la leyenda: «Más empleos, más paga para llevarse a casa».
El resultado de la elección presidencial de Estados Unidos depende del Colegio Electoral y no del voto popular nacional. El candidato con más votos en cada estado consigue a los electores de esa entidad en el colegio. Estados como Ohio —cuyos numerosos electores no son lealmente ni republicanos ni demócratas— resultan determinantes.
Perder el estado reduciría drásticamente el avance de Romney hacia los 270 votos en el Colegio Electoral que necesita para ganar la Casa Blanca. Ningún republicano que haya perdido Ohio ha ganado la presidencia.
El presidente aventaja a Romney en una serie de sondeos recientes en el estado. Una consulta del Washington Post del martes lo muestra en ventaja más allá del margen de error, mientras que otra de CBS/New York Times también revela una ventaja para Obama.
Incluso en cuanto al manejo de la economía, donde Romney tenía ventaja, ahora el presidente está arriba.
El discurso de Romney hacia la gente de clase trabajadora está lejos de ser sutil. Hizo campaña en una fábrica de alambre, recorrió la ruidosa planta con gafas protectoras y con la camisa remangada. Después habló desde un escenario acompañado de obreros que usaban cascos, y de fondo había rollos gigantes de cable de acero, vigas de metal y cinta amarilla para indicar precaución.
Mientras, en anuncios de televisión y en un discurso en la Universidad Estatal Bowling Green, Obama siguió recordando a los electores las declaraciones de Romney grabadas en secreto.
«Miren, yo no creo que podamos llegar muy lejos con líderes que descalifican a la nación como un puñado de víctimas que nunca se harán responsables de sus propias vidas», dijo el mandatario.
En una escala previa a las afueras de Columbus, Romney dijo:
«Me interesa el pueblo de Estados Unidos. La diferencia entre el presidente Obama y yo es que yo sé qué hacer para movilizar esta economía», afirmó ante el entusiasmo de sus partidarios.
Agregó que la deuda del país, actualmente en 16 billones de dólares, podría aumentar a casi 20 billones si el país reelige a Obama, y citó sus antecedentes en el mundo de los negocios como prueba de que sabe cuál es la ruta del éxito económico.
Al mismo tiempo, el republicano trata de contrarrestar los esfuerzos de la campaña de Obama que lo pintan como un empresario implacable que eliminó empleos.
El aspirante republicano también difundió un aviso televisivo de 60 segundos que suaviza el tono negativo de sus mensajes anteriores.
«Al presidente Obama y a mí nos preocupan las familias pobres y de clase media», afirma Romney. «La diferencia es que mis políticas mejorarán su situación».
Elogio a personalidades hispanas
El vicepresidente Joe Biden agradeció ayer a líderes hispanos y latinos sus aportaciones y compromiso con el país, y aseguró que algún día un hispano podría ser el titular de la Casa Blanca.
Biden, acompañado de su esposa, Jill, ofreció una recepción para celebrar el Mes de la Herencia Hispana en una noche cálida cerca de una piscina en su residencia oficial en un sector del Observatorio Naval.
El vicepresidente hizo un reconocimiento a la secretaria del Trabajo Hilda Solís, a la directora de política interior de la Casa Blanca, Cecilia Muñoz, al vicegobernador de Colorado, Joseph García, y a la procuradora general de Nevada, Catherine Cortez Masto.
También hizo un reconocimiento a varios deportistas olímpicos y paralímpicos de origen hispano que integraron el equipo estadounidense que compitió en Londres 2012.
Biden pronosticó que la mayoría de los invitados al acto podrían llegar a ver a un presidente estadounidense de origen hispano.
Señaló que él y el presidente Barack Obama están decididos a encontrar lo que describió como «un camino legislativo permanente que saque de las sombras a aquéllos que viven con temor a las políticas migratorias del país».