Roma se encontraba hoy en estado de alerta en vísperas de Navidad, tras la explosión ayer de dos paquetes bomba en las embajadas de Chile y Suiza, reivindicados por un grupo anarquista.
La vigilancia en las sedes del gobierno y del Parlamento, ministerios, empresas de correos y sedes diplomáticas ha sido reforzada tras la explosión de los paquete bombas, que dejaron dos heridos, los cuales fueron operados.
El funcionario chileno de la embajada, César Mella, perdió dos dedos de una de sus manos por el estallido, según indicó el viernes el embajador Oscar Godoy.
«Perdió el dedo meñique y el dedo anular y esa es la situación de pérdida que ha tenido, anunciada claramente por los médicos», declaró el diplomático a la prensa.
«Hemos reforzado la seguridad de todos los lugares representativos. El personal de todas las embajadas y representaciones diplomáticas está en estado de alerta. Todo paquete sospechoso será revisado», explicó a la AFP el portavoz de los carabineros.
Los paquetes bomba contenían pólvora y fragmentos de metal, precisó la prensa.
Los dos atentados fueron reivindicados por la Federación Anarquista Informal (FAI) en un mensaje hallado en la embajada chilena cerca al lugar del atentado.
«Hemos decidido hacernos oír, con palabras y con hechos. Destruyamos este sistema de dominación. Viva la FAI, viva la anarquía. Federación Anarquista Informal, célula revolucionaria Lambros Fountas», dice el breve mensaje encontrado en una caja.
Según la policía italiana, los anarquistas pretendían vengar a militantes de su movimiento en Chile y Suiza.
Suiza se convirtió en blanco debido al arresto de varios anarquistas recientemente, mientras que Chile fue atacado por la muerte en Santiago de Chile del joven anarquista Mauricio Morales en el 2009, quien falleció tras estallar un artefacto que cargaba en su morral.
La célula italiana, que lleva el nombre de Fountas, un griego que murió este año en Atenas durante enfrentamientos con la policía, manifestó en el mensaje su solidaridad con los «compañeros encarcelados» del movimiento en Argentina, Chile, México, Grecia y España.
«Los objetivos no fueron escogidos por casualidad», reconoció el viceministro del Interior, Alfredo Mantovano.
Desde el inicio, las autoridades italianas siguieron la pista anarquista debido a la ola de paquetes bomba enviados en noviembre pasado a delegaciones diplomáticas de Grecia.
En total catorce bombas de ese tipo fueron enviadas a varios líderes europeos, entre ellos Angela Merkel, Silvio Berlusconi y Nicolas Sarkozy, además de entidades y embajadas.
FAI, que suele actuar durante las fiestas de Navidad, apareció por primera vez en diciembre del 2003, con la denominada «operación Santa Klaus», durante la cual hicieron estallar dos bombas en Bolonia (norte de Italia) y enviaron un paquete incendiario a Romano Prodi, entonces presidente de la Comisión Europea.
En siete años de existencia ha realizado unos treinta golpes en «siete campañas revolucionarias».
La Federación Anarquista Informal (FAI), que reivindicó los atentados cometidos ayer en Roma contra las embajadas de Suiza y Chile, suele actuar durante las fiestas de Navidad.
El 21 de diciembre del 2003, dos bombas estallaron en Bolonia (norte de Italia), en dos contenedores de basura que se encontraban a menos de 100 metros de la residencia de Romano Prodi, entonces presidente de la Comisión Europea.
Seis días después, de nuevo en Bolonia, Prodi recibió un paquete incendiario dirigido a la esposa, el cual echó fuego en sus manos sin herirlo.
Se trataba de la primera aparición del grupo anarquista, con conexiones internacionales.
Según la policía italiana, con los golpes contra las embajadas de Chile y Suiza pretendían vengar a militantes de su movimiento en esos países.
Suiza se convirtió en blanco debido al arresto de varios anarquistas recientemente, mientras que Chile fue atacado por la muerte en Santiago de Chile del joven anarquista Mauricio Morales en el 2009, quien falleció tras estallar un artefacto que cargaba en su morral.
En enero del 2004, tres paquetes bomba fueron enviados a dirigentes del Parlamento Europeo, entre ellos al presidente del Partido Popular Europeo, Hans-Gert Pí¶ttering.
Durante los meses y años sucesivos, FAI siguió organizando golpes demostrativos, sin víctimas, contra representantes de las fuerzas del orden.
En marzo del 2004, dos bombas llegaron a la comisaría de Génova, mientras en abril varios paquetes bomba fueron enviados a la policía penitenciaria.
En diciembre del mismo año varias bombas fueron dirigidas a la sede del sindicato de policía y a la asociación de carabineros de Roma.
En marzo del 2005, FAI organizó tres ataques contra cuarteles de los carabineros y en mayo contra un centro de detención de inmigrantes y la prefectura de policía. En octubre golpeó la policía científica.
En el 2006 envió dos bombas a la escuela de carabineros de Fossano.
Después de dos años de silencio, justamente en diciembre del 2009, FAI resurgió con un atentado contra la universidad de Milán y contra un centro de detención de inmigrantes del norte de la península.
En marzo del 2010 reapareció con un paquete bomba que estalló en un centro de distribución del correo de Milán.
Aprovechando las fiestas navideñas resurgió en diciembre de este año con atentados contra las embajadas de Suiza y Chile, que causaron dos heridos.
Según la policía, FAI está formado por «unas pocas decenas de personas», no cuenta con un líder y la sigla es empleada como «una marca», según el diario La Repubblica.
En siete años de existencia ha realizado unos treinta golpes en «siete campañas revolucionarias».