El mundo no se ha puesto a tono todavía con la Guerra de las Galaxias y sus robots que hablan y piensan, pero algunos de los más sofisticados se dirigen esta semana a una competición convocada por el Departamento de Defensa.
Diecisiete robots humanoides serán evaluados el viernes y sábado en el complejo de carreras Homestead Miami Speedway para determinar qué bien pueden cumplir tareas como subirse a un vehículo todoterreno, conducirlo y abrir puertas.
Son cosas de humanos. Pero la misión de los equipos es hacer que los robots cumplan funciones en zonas de desastres donde las condiciones pueden ser peligrosas para las personas.
Es avanzado, pero no ciencia ficción. Los robots, que se mueven más despacio que las personas, son controlados por humanos que les dicen qué hacer.
Los modelos más avanzados pasarán a las finales el próximo año. El equipo ganador recibe 2 millones de dólares como parte de un proyecto de la Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación (DARPA).
El prototipo presentado por el contratista de defensa Laboratorios de Tecnología Avanzada de Lockheed Martin, creado con ayuda de alumnos de la Universidad de Pennsylvania y el Instituto Politécnico Rensselaer de Nueva York, ha sido probado en un parque industrial en Pennsauken.
A los laboratorios les fue bien en la versión virtual de la competencia de este año, en que debían entregar un robot armado y pasaban a la siguiente ronda del reto DARPA.
Con la máquina preparada, el equipo de Lockheed era responsable del software. «Queremos que el sistema sea intuitivo a operadores no capacitados», dijo Bill Borgia, director del Laboratorio de Inteligencia Robótica de Lockheed.
Durante la sesión de práctica de la semana pasada, un ingeniero usó un ratón de computadora y un joystick para para indicar al robot de 1.80 metros y 136 kilos a dónde ir, cómo llegar, y mover escombros.
En una operación real, el operario quizás no pueda estar cerca del robot, por lo que hicieron lo suyo detrás de una cortina negra. Tenían monitores para mostrar las imágenes que tomaba la cámara del robot, pero no podían verlo todo.
El robot diseñado por la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh (CMU) se llama CHIMP —por Plataforma Móvil Inteligente de CMU, tiene poco más de un metro y medio de alto y es uno de 10 unidades diseñadas y construidas en los últimos 14 meses para el reto DARPA. Otros equipos usan su software en robots suministrados por DARPA.
Como otros robots en la competición, CHIMP recibe algunas órdenes de humanos, pero también tiene la capacidad de tomar decisiones limitadas. «Le decimos qué hacer y el robot decide cómo hacerlo», dijo Anthony Stentz, director del Centro Nacional de Ingeniería Robótica de CMU.
Stentz dijo que muchas personas no comprenden la dificultad de una máquina para realizar tareas sencillas. Los robots se destacan en cosas específicas como soldar vehículos en la línea de ensamblaje. Pero las misiones de búsqueda y rescate son algo muy diferente y se desarrollan en entornos que cambian constantemente.
Durante las prácticas en CMU, CHIMP se demoró varios minutos en abrir una puerta o colocar una manguera de bombero en el hidrante.
«Creemos que el público se lleva la sensación de que los robots son mucho más capaces de lo que realmente son», dijo Stentz, explicando que así es como Hollywood presenta las máquinas.