Ídolo de adolescentes, hasta dentro del «bunker» donde se celebra el Festival de Cannes se oían los gritos de las muchachas que querían un autógrafo suyo, a Robert Pattinson se le subieron los colores cuando le preguntaron por una escena de sexo.
En el nuevo trabajo del canadiense David Cronenberg, Pattinson da vida a un aspirante a actor que se gana la vida como chofer en Hollywood. Y tiene una escena de sexo en el asiento trasero del coche con una estrella de Hollywood encarnada por Julianne Moore. Pero también en el anterior trabajo de Cronenberg que él protagonizó, «Cosmopolis», tuvo otra escena similar con Juliette Binoche, aunque en aquella ocasión era dentro de una limusina.
Cuando hoy le preguntaron con cuál de las dos divas le había gustado más estar, Pattinson (de 28 años) dejó en evidencia las pocas tablas que tiene para salir airoso de estos envites. Se le subieron los colores y tan sólo acertó a decir que había empate, pero seguidamente intentó arreglarlo con Moore, que estaba sentada a su lado, diciendo, «no, no Julianne, tu mejor».
Contadas fueron las ocasiones en las que el actor intervino en la rueda de prensa en la que un periodista japonés le pidió un mensaje que sus fans en Japón y él, desconcertado, se limitó a repetir las palabras que ledictaba el guionista Bruce Wagner. «Vayan a ver muchas veces la película».
Pattinson, que vestía de forma informal con una camisa a cuadros y camiseta blanca, intenta desprenderse de su personaje de «vampiro» («Crepúsculo»). Hace dos años desembarcó en Cannes con el anterior trabajo de Cronenberg, «Cosmopolis».
Este año ha presentado dos películas en el certamen, «Map to the Stars» y «The Rover», del australiano David Michod, y mostrada fuera de competición.