Robert Gates en Kabul


VISITA. El presidente de Afganistán, Hamid Karzai (R), al recibir al Secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates (L) a su arribo en Kabul.

El secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, se encuentra este martes en Kabul, donde se reunirá con el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, y altos jerarcas militares para determinar la mejor forma de enfrentar el resurgimiento de los insurgentes talibanes en este paí­s devastado por la guerra.


Gates arribó a Kabul proveniente de Bruselas, donde discutió la situación afgana con el secretario general de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), Jaap de Hoop Scheffer, y con el general Bantz Craddock, comandante en jefe de las fuerzas aliadas en Europa.

Al margen de la visita de Robert Gates, el general Eikenberry afirmó a la prensa que «el enemigo va a efectuar sus mayores esfuerzos en el sur de Afganistán, donde vamos a presenciar más violencia».

El oficial estadounidense subrayó que el número de incidentes en las fronteras que limitan con Pakistán se habí­a duplicado en un mes, pese a las condiciones climáticas invernales.

Mientras el secretario de Defensa norteamericano preparaba su encuentro con el presidente Karzai, Pakistán anunciaba haber destruido tres campos de entrenamiento islamistas en la zona tribal fronteriza de Afganistán, en una operación que costó la vida a unos 30 milicianos.

La operación tuvo lugar unos dí­as después de que el jefe de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, John Negroponte, acusara a Pakistán de permitir que Al Qaida se reagrupara y operase en su territorio.

Pakistán es un «socio en primera lí­nea en la guerra contra el terrorismo», pero «es una fuente importante de extremismo islámico y refugio de ciertos altos responsables terroristas», afirmó Negroponte en esa oportunidad.

Las autoridades pakistaní­es denunciaron estas «acusaciones muy discutibles» y el primer ministro Shaukat Aziz recordó que «Pakistán es uno de los paí­ses en el mundo que ha hecho más esfuerzos para luchar contra el terrorismo».

El distrito de Waziristan Sur es fronterizo con la provincia afgana de Paktika (sureste), una de las que registran más actividad de militantes del antiguo régimen afgano de los talibanes.

«El enemigo no es fuerte en el plano militar. Todo esto (los ataques) está orientado a generar un efecto psicológico», estimó por su parte el general Eikenberry.

Estados Unidos tiene unos 22.000 soldados en Afganistán, y aproximadamente la mitad de estos efectivos fue incorporada a la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN y se encuentran en su máximo histórico, entre 23.000 y 24.000 hombres, calculó el general, quien no previó una reducción este año ni en 2008.

Una de las razones por las que los talibanes se reagrupan y lanzan sus importantes ofensivas desde finales de 2001 es porque han sido capaces de establecer una estructura de comandancia al mismo tiempo en Afganistán y en Pakistán, reveló el general Eikenberry.