Roban inscripción «Arbeit macht frei» de Auschwitz


Foto de archivo de la entrada al campo de concentración en Auschwitz. El irónico letrero de la puerta fue robado. FOTO LA HORA: AFP JACEK BEDNARCZYK

La tristemente célebre inscripción en alemán «Arbeit macht frei» (El trabajo nos hace libres) situada a la entrada del ex campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau (sur de Polonia), fue robada por desconocidos, informó el viernes la policí­a.


«La inscripción fue robada a eso de las 06H00 (06H00 GMT)», indicó el portavoz de la policí­a, Malgorzata Jureck, a la radio pública Trojka.

«Es una profanación del lugar donde fueron asesinadas más de un millón de personas. Es una vergí¼enza», declaró a la AFP Jaroslaw Mensfelt, portavoz del memorial de ese campo, instalado por el ocupante alemán durante la Segunda Guerra Mundial.

«El que lo hizo debí­a saber bien lo que robaba», agregó Mensfeld.

La policí­a estudiaba las imágenes filmadas por las cámaras de vigilancia y decenas de efectivos con perros inspeccionaban el lugar. También instaló controles en las carreteras de la región.

«Todas las pistas son posibles, pero privilegiamos la del robo a pedido de un coleccionista privado o un grupo de personas», declaró a la AFP Malorzata Jurecka, portavoz de la policí­a de Oswiecim (nombre polaco de Auschwitz).

El robo de la inscripción de hierro forjado, fabricada por los prisioneros por orden de los verdugos y convertida en uno de los más siniestros ejemplos de la propaganda nazi, ha provocado una ola de indignación en Polonia y en Israel.

«Es algo horrible», declaró el presidente del Senado polaco, Bogdan Borusewicz.

El ex presidente de Polonia y Premio Nobel de la Paz, Lech Walesa, dijo que fue fue un acto «inconcebible», aunque descartó motivaciones ideológicas, en declaraciones a la televisión TVN24.

«No lo veo como un acto de expresión ideológica. Es un asunto criminal. No se puede pensar como otra cosa», dijo Walesa, dirigente del sindicato disidente Solidaridad bajo el régimen comunista polaco.

En Israel, un ministro y el presidente del Memorial del Holocausto de Jerusalén (Yad Veshem) condenaron severamente la profanación.

Se trata de «una verdadera declaración de guerra, cometida por individuos cuya identidad desconocemos, aunque supongo que se trata de neonazis», dijo el presidente del Memorial, Avner Shalev.

Es un «acto abominable» que constituye «un nuevo testimonio del odio y la violencia contra los judí­os», sostuvo Sylvan Shalom, ministro de israelí­ Desarrollo Regional.

Mensfeld dijo que se trataba del primer robo importante en el lugar, museo estatal y memorial polaco desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

En un primer momento, los nazis instalaron el campo para internar a los resistentes polacos, nueve meses después de la invasión del paí­s en septiembre de 1940.

Después el campo fue ampliado hasta transformarse en un complejo de trabajo y exterminio, que se extendió hasta las inmediaciones del poblado de Brzezinka (Birkenau en alemán).

Entre 1940 y 1945, el régimen nazi alemán exterminó en Auschwitz-Birkenau a cerca de 1,1 millones de personas, en su mayorí­a judí­os de Polonia y de todos los paí­ses europeos ocupados, así­ como a gitanos, soldados soviéticos y combatientes antifascistas de toda Europa.

Auschwitz-Birkenau fue liberado por el ejército soviético en enero de 1945.

El complejo de 200 hectáres comprende 155 barracas y 300 otras en ruinas, destruidas por los nazis antes de huir.

NAZISMO Un sí­mbolo


La inscripción alemana «Arbeit macht frei» (El trabajo nos hace libres), que figuraba a la entrada del ex campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau (sur de Polonia), robada en la mañana del viernes, simboliza el cinismo sin lí­mites de la Alemania nazi.

«Haber colocado esa inscripción en la entrada del campo de exterminio, donde la esperanza de sobrevivencia estaba reducida a nada, mostraba el cinismo atroz de los nazis», dijo a la AFP Pawel Sawicki, portavoz del museo de Auschwitz.

El eslogan vulgarizado por el pastor alemán Lorenz Diefenbach, muerto en 1886, en su libro «Arbeit Macht Frei», fue retomado por los nazis en 1930.

Al principio, los nazis lo utilizaban con fines de propaganda en la lucha contra el elevado desempleo en Alemania, pero años más tarde se convirtió en una consigna en los campos de trabajo y exterminio alemanes.

La idea de utilizarla en los campos se le atribuye al SS Theodor Eicke, uno de los responsables de la concepción y organización de las redes de campos nazis.

«Arbeit macht frei» figuraba en la entrada de los campos de Dachau, Gross-Rosen, Sachsenhausen, Theresienstadt, Flossenburg y Auschwitz, el mayor de todos los campos de exterminio.

Fabricada en julio de 1940 por un prisionero polaco, el herrero Jan Liwacz, la inscripción de Auschwitz es de acero, mide cinco metros y tiene una particularidad: la B de la palabra Arbeit está invertida.

Según una interpretación perpetuada por los sobrevivientes, la B invertida simbolizaba la insumisión y la resistencia a la opresión nazi, explicó Sawicki.

Cuando el 27 de enero de 1945 el ejército soviético liberó Auschwitz, la inscripción fue desmontada y subida a un tren para ser transportada al Este.

Sin embargo, Eugeniusz Nosal, un prisionero polaco recién liberado, la recuperó sobornando a un guardia soviético del tren con una botella de vodka.

Oculta durante dos años en la alcaldí­a de Oswiecim (nombre polaco de Auschwitz), la inscripción volvió a su lugar original en la entrada del campo en 1947 cuando el campo de exterminación se convirtió en un museo y un memorial.