Doc River, entrenador de los Boston Celtics que ayer ganaron el título de la NBA, elogió el buen trabajo realizado por su equipo, pero Phil Jackson, técnico de los derrotados en la final Los íngeles Lakers, dijo que una de las causas de la derrota fue el desplome del astro Kobe Byant.
«Los vencimos jugando como equipo y como grupo. Realmente todo el mérito es de ellos», expresó Rivers en la rueda de prensa al finalizar el sexto partido de la final, ganado ampliamente por su equipo 131-92.
Los Celtics se llevaron la serie 4-2 y ganaron su primer campeonato desde 1986, y el decimoséptimo en la historia de la franquicia más ganadora del básquetbol estadounidense.
Rivers reconoció el trabajo de su «Big Three»: Paul Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen, quienes se acoplaron perfectamente al resto del equipo, pese a su estatus de superestrellas.
«Tenemos tres hombres que lo han conseguido todo en sus carreras, excepto un anillo de campeón. Con el dinero que tienen pueden comprar cualquier cosa, excepto el trofeo (de campeón), y todos sabíamos que la única forma de conseguirlo era trabajando juntos, confiando uno en el otro», apuntó Rivers.
Allen, quien pasó por encima de duros momentos personales en la serie como la repentina diabetes que se le presentó desde el domingo a uno de sus hijos pequeños -que aún permanece hospitalizado-, se vio especialmente emocionado con este triunfo.
«Todo el tiempo, durante este partido, estuve pensando en él. Lo único que me preocupaba era que mi cuerpo no respondiera, porque en toda esta semana he dormido muy poco. Me pasé casi todo el tiempo libre con él en el hospital en Los Angeles. Pero el equipo jugó bien, y yo me pude enfocar en el partido», afirmó Allen.
De su lado, Phil Jackson, tomó filosóficamente la derrota de su equipo, y aceptó que los Celtics se impusieron física y mentalmente desde el primer momento, con el simple expediente de neutralizar al astro Kobe Bryant.
Bryant comenzó el partido caliente, y en el primer cuarto encestó 11 de sus 22 puntos de la noche, pero después fue controlado por una marca que por momento llegó a ser de cuatro hombre sobre él.
«Kobe empezó este juego caliente, pero pienso que después le fallaron las piernas. Se puede ver que su tiro estaba desinflado, y no pudo recuperarlo, y eso realmente cambió el curso del partido», explicó Jackson.
«Creo que una de las cosas que mejor hicieron fue enfocarse en él, y asegurarse de que no les hiciera tanto daño, y no tuvimos ningún otro hombre que pudiera reemplazarlo esta noche», acotó.