River la tendrá muy difí­cil


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River Plate probablemente ya no pueda ufanarse de su apodo «millonario» ni de su paladar por el buen juego y deberá acostumbrarse a visitar estadios hostiles sin el apoyo de sus hinchas en la segunda división de Argentina a partir de la próxima temporada.

Al menos jugará el clásico ante Boca… pero Boca Unidos de Corrientes.

River, el equipo más ganador del fútbol argentino con 33 tí­tulos, perdió la categorí­a por primera vez en su historia tras empatar el domingo 1-1 ante Belgrano de Córdoba, que en el duelo de ida por la Promoción habí­a ganado 2-0.

Por DEBORA REY
BUENOS AIRES / Agencia AP

El técnico Juan José López renunció un dí­a después de consumado el descenso y la dirigencia de River anunció en el sitio web del club que designaba al hasta ahora mediocampista Matí­as Almeyda, apenas retirado, como nuevo entrenador.

Mientras, las autoridades de seguridad y de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) analizaban aplicar duras sanciones contra River por los episodios de violencia protagonizados por sus hinchas en el estadio Monumental y por las amenazas contra el árbitro Sergio Pezzotta.

Uno de los dos grandes del fútbol argentino junto a Boca Juniors deberá reponerse rápido del golpe y adaptarse pronto a las nuevas «reglas de juego» que lo esperan en la segunda división si quiere que la estadí­a allí­ sea breve.

Por empezar, sus ingresos serán considerablemente menores.

River percibí­a hasta el domingo 30 millones de pesos (7,5 millones de dólares) en concepto de derechos de televisión por temporada. A partir de ahora recibirá sólo 4 millones de pesos (un millón de dólares). Además, puede ser que los auspiciantes no estén dispuestos a desembolsar los mismos montos con el equipo descendido.

Esto le traerá consecuencias en la conformación del plantel y le costará financiar una estructura gigantesca de más de 1.000 empleados, otros deportes, una escuela y una universidad, y hacer frente a una millonaria deuda que nadie se atreve a precisar.

«Es muy difí­cil que pueda volver rápidamente», vaticinó el técnico Ricardo Caruso Lombardi, una opinión muy consultada por estas horas debido a su amplia experiencia con equipos de segunda categorí­a. «Deben reorganizar el club en todos los sentidos y empezar a familiarizarse con la B, que es un mundo desconocido para River».

En la segunda división, los hinchas visitantes no pueden concurrir a los partidos. Esta prohibición se impuso años atrás a causa de los reiterados hechos de violencia.

Muchas de las canchas que visitará —algunas tan lejanas como la de Guillermo Brown de Puerto Madryn, en la Patagonia— no tienen nada que ver con las que está acostumbrado a recorrer en primera. Algunas tienen capacidad reducida —la de Deportivo Merlo alberga apenas 7.500 espectadores_, campos de juego en condiciones deplorables o están ubicadas en zonas peligrosas.

River probablemente no podrá jugar en su estadio en las primeras fechas del campeonato de ascenso que arranca en agosto. La cancha fue clausurada a causa de los violentos desmanes tras el partido con Belgrano. El comité de seguridad deportiva resolverí­a en las próximas horas por cuántos partidos seguirá en esa condición.

Como si esto fuera poco, el cuadro riverplatense se expone a sufrir la quita de puntos por parte del tribunal de disciplina de AFA, luego de que el árbitro denunció en su informe que en el entretiempo del partido con Belgrano una decena de hinchas de River ingresaron a su vestuario y lo amenazaron de muerte.

«Tuvo un amenaza en el entretiempo del partido. Entre 10 y 15 personas fueron al vestuario, una de ellas dijo que si River descendí­a se iban muertos y luego se retiraron. No habí­a policí­as. Era una zona liberada. Sergio trató de calmarlos pero le volvieron a repetir la amenaza y se fueron», relató a radio La Red Guillermo Marconi, jefe del sindicato de árbitros al que está afiliado Pezzotta.

«Tendrán que armar un plantel con jugadores que conozcan el ascenso, porque no todos pueden jugar en la B», aconsejó Caruso Lombardi, quien acaba de descender con Quilmes y era mencionado como un candidato para el banco de River.

El técnico advirtió que también deberá cambiar la forma de jugar, que en River estuvo históricamente emparentada al fútbol vistoso.

«Si jugaste lindo pero no ganaste la gente te quiere matar», dijo Caruso Lombardi y mencionó «la velocidad del juego y el roce constante» como dos caracterí­sticas del campeonato de segunda división.

Pocos de los actuales jugadores seguirán en el club. Al arquero Juan Pablo Carrizo y al delantero Mariano Pavone se les venció el contrato y es probable que el equipo se desprenda de algunas promesas de las divisiones inferiores, como el volante Erik Lamela, para contar con efectivo.

River tiene a la vista otros ejemplos de clubes históricos de la primera división, como Rosario Central o Ferrocarril Oeste, a los cuales les cuesta regresar.

El torneo de la segunda división, conocido como Nacional B, tiene otro formato: en vez de dos torneos por temporada (Apertura y Clausura) se juegan dos ruedas. Los equipos que terminan en el primer y segundo lugar en la tabla general ascienden, mientras que el tercero y el cuarto disputan la Promoción ante rivales de la máxima categorí­a.

Tí‰CNICO Almeyda


Daniel Passarella, el cuestionado presidente de River Plate, confirmó el martes que Matí­as Almeyda dirigirá al equipo en la segunda división la próxima temporada y eludió hacer una autocrí­tica por el histórico descenso del popular club argentino.

«Empezó conmigo, lo hice debutar en Primera, se fue a Europa y los jugadores cuando vuelven de Europa, vuelven más enriquecidos», dijo Passarella sobre el nuevo técnico, recién retirado como capitán de River, a la radio ESPN Rivadavia.

«Me hace acordar un poco a mi inicio como entrenador», agregó.

River, el equipo más ganador del fútbol argentino con 33 tí­tulos, perdió la categorí­a por primera vez en su historia al empatar el domingo 1-1 ante Belgrano de Córdoba, que en el duelo de ida por la Promoción habí­a ganado 2-0.

El técnico Juan José López renunció al dí­a siguiente y de inmediato Passarella le ofreció el puesto a Almeyda, mediocampista que hasta hace unos dí­as llevaba la cinta de capitán.

Almeyda dará sus primeros pasos como entrenador en el difí­cil Nacional B, con caracterí­sticas y formas de juego muy diferentes de las de la máxima categorí­a. Por esa razón, el presidente dijo que le pondrá un asesor que esté familiarizado con la nueva competencia, aunque no lo identificó.

Los hinchas millonarios apuntaron a Passarella como uno de los principales responsables del descenso y le reclamaron la renuncia a través de foros, redes sociales y medios de comunicación.

«No creo que me tenga que ir del club. La gente quiere que se haga todo en un año y medio, pero no se puede», dijo el «Kaiser», quien asumió la presidencia a fines de 2009. «La gestión anterior lleva el más grande grado de responsabilidad», apuntó en referencia a su antecesor José Marí­a Aguilar.

«Lloré, lloré mucho», admitió sobre el descenso el ex capitán de la selección argentina campeona del mundo en 1978. «Este es el segundo dolor más grande que estoy sufriendo», dijo, en referencia a la muerte de su hijo Sebastián.

«No pensábamos que í­bamos a jugar la divisional B», agregó. «Si alguno cree que no hicimos todo lo que tuvimos que hacer para salvar a River, le pido disculpas».

Respecto al futuro, el directivo contó que «tengo que hablar con Almeyda para saber qué jugadores se quedan y cuáles se tienen que ir».

Según medios deportivos, varias futbolistas que vistieron la casaca de River años atrás están dispuestos a volver para jugar en la segunda categorí­a, incluidos el goleador Fernando Cavenaghi, el arquero Germán Lux y el lateral Ariel Garcé.

«Estamos haciendo lo imposible para recuperarlo económicamente. Haremos lo imposible para volver a la categorí­a y sanear al club», prometió Passarella.

SUCESOS Bomba


Una bomba causó el miércoles daños en el frente de la vivienda de un dirigente de River Plate, el club más veces campeón en la historia del fútbol argentino y que acaba de irse al descenso.

La explosión de esa bomba arrojada por desconocidos dañó la puerta, el muro y la reja de la casa de Daniel Mancusi, vocal de la comisión directiva que preside Daniel Passarella, dijo la policí­a. También sufrió daños menores una casa vecina.

«Me imagino que esto no es de gente que quiere a River», aseguró Mancusi en reunión con la prensa frente a su vivienda en el barrio porteño de Villa Urquiza. «Sentimos una fuerte explosión y al salir a la calle vimos que se estaba incendiado algo contra el frente» de la casa.

Mancusi advirtió que circula en Internet la dirección de los dirigentes de la institución, con el objetivo de realizar este tipo de intimidaciones tras el descenso del equipo por primera vez sus 110 años de historia a la segunda división tras empatar el domingo 1-1 con Belgrano de Córdoba.

«Miedo no tengo, pero sí­ estoy preocupado», dijo el dirigente.

Ninguno se atribuyó ese episodio que ocurrió en la madrugada, dí­as después de ese partido que finalizó envuelto en un caos dentro y fuera del estadio Monumental, que deberí­a ser sede de la final de la Copa América el 24 de julio.

Esa cancha fue clausurada luego por orden de un fiscal que investiga el caso, por lo que quizás la final deba jugarse en otro estadio.

El árbitro del River-Belgrano, Sergio Pezzotta, denunció el martes haber sido amenazado de muerte en el entretiempo del partido por presuntos hinchas violentos del club.

«Pezzota sigue recibiendo amenazas en su domicilio, situación que ya hemos denunciado como correspondí­a», dijo el lí­der Sindicato de Arbitros de la República Argentina, Guillermo Marconi.

En medio de un clima enrarecido, River se arriesga a una clausura prolongada de su estadio y a la pérdida de puntos que podrí­a afectarlo sobremanera cuando se inicie en agosto próximo el campeonato de segunda división, en la cual los Millonarios jugarán por primera vez en su historia.

River encarará esa experiencia con su flamante técnico Matí­as Almeyda, su jugador más carismático, titular en el medio campo durante toda la temporada y que no jugó el último partido por una suspensión.

Almeyda reemplazó a Juan José López, quien renunció un dí­a después de la debacle.

River acumula 33 tí­tulos en la liga argentina, 23 más que su escolta y archienemigo Boca Juniors.