Río Suchiate, la salida de migrantes que van tras el “sueño americano”


aa_1a

México prometió detener el flujo de inmigrantes centroamericanos que cruzan su territorio hacia Estados Unidos y para ello ha dicho que reforzará los controles en su frontera con Guatemala, notablemente porosa, pero los mensajes cruzados entre los mandatarios de México y Guatemala en poco más de una semana han ofrecido pocos detalles sobre cómo se va a proceder.

aa_1b

Por E. EDUARDO CASTILLO y MARK STEVENSON
CIUDAD HIDALGO / Agencia AP

En el terreno, la realidad sigue siendo la misma.

Decenas de centroamericanos que pagaron 1.50 dólares cada uno cruzaban esta semana el caudaloso río Suchiate en balsas improvisadas con tubos y tablones de madera, ante la mirada de la policía mexicana y los agentes de inmigración ubicados en la orilla.

«Aquí sólo hay árboles, no hay nada diferente», dijo Luisa Fuentes, una guatemalteca de 56 años, mientras subía en una balsa para México. «La Bestia», un decrépito tren de carga que transporta inmigrantes hacia el norte desde el estado fronterizo de Chiapas, todavía llevaba muchos polizones en el techo.

El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto asegura que detiene y deporta a muchos más centroamericanos, pero no queda claro si las detenciones han aumentado o simplemente se han multiplicado al aumentar el número de inmigrantes centroamericanos que intentan cruzar la frontera de México.

En Estados Unidos, la ola migratoria ha abrumado a la Patrulla Fronteriza, a los refugios y a los tribunales de inmigración. Altos funcionarios, entre ellos el vicepresidente, han viajado a América Central con un severo mensaje para aquellos que contemplen hacer ese viaje y el presidente Barack Obama está buscando 3 mil 700 millones de dólares para responder a la crisis. Más de 44 mil  menores no acompañados procedentes de El Salvador, Guatemala y Honduras han sido aprehendidos en la frontera de Estados Unidos desde octubre hasta finales de junio.

Estados Unidos ha presionado discretamente a México. Sin embargo, en un encuentro el 20 de junio en Guatemala, el vicepresidente estadounidense Joe Biden advirtió al secretario de Gobernación (Interior) Miguel Ángel Osorio Chong que con el crecimiento económico en México, los centroamericanos tal vez decidan quedarse en el país, de acuerdo con un funcionario enterado de la sesión.

«Encontramos socios muy dispuestos en el gobierno de Peña Nieto», expresó el funcionario estadounidense, quien habló sobre la conversación a condición de mantener el anonimato. «No es algo donde necesitemos el palo y la zanahoria, es más bien como decir que necesitamos de su ayuda y ellos responden ‘te voy a decir lo que podemos y lo que no podemos hacer»’.

Peña Nieto anunció este mes un plan que incluye más estaciones de inspección fronteriza para ayudar a combatir el tráfico de migrantes desde Guatemala, El Salvador y Honduras. Osorio Chong dijo la semana pasada que México ya no permitirá que los inmigrantes se suban el tren La Bestia.

Se esperaba que el gobierno ofreciera detalles sobre el esfuerzo el martes, pero en lugar de ello las autoridades anunciaron el nombramiento de un político poco conocido para encabezar el plan del gobierno de atención a los migrantes. Las autoridades prometieron nuevamente mejorar las instalaciones en los cruces fronterizos, pero tampoco dieron detalles de lo que están planeando.

«Debemos avanzar en la coordinación… para hacer de la frontera sur un espacio de estabilidad y gobernabilidad», dijo Humberto Mayans, el recién nombrado jefe de la Coordinación para la Atención Integral de la Migración en la Frontera Sur.

La frontera sur de México mide menos de la mitad que la del norte, pero sus densas selvas la vuelven muy difícil para la Policía, en particular para un país que padece por la corrupción y la violencia de la delincuencia organizada.

Los políticos mexicanos por lo general ven pocas ventajas en detener a los migrantes que cruzan el país para llegar a Estados Unidos, igual que hacen muchos mexicanos. Los migrantes se quedan solo algunos días y no afectan las escuelas o los servicios.

Es más, el tráfico de migrantes es un negocio bastante lucrativo que genera ganancias a las policías locales que se hacen los disimulados y muchos ingresos para los negocios legales.

En una purga en 2010 y 2011, el Instituto Nacional de Migración despidió a más de 400 agentes por supuestamente aceptar sobornos, extorsionar a migrantes o no aprobar los exámenes de eficacia. Es frecuente escuchar a los migrantes centroamericanos decir que la policía local en el norte de México los detuvo y entregó a bandas criminales que los liberan a cambio de rescates. En 2008, un pueblo entero en el centro de México defendió a migrantes centroamericanos de policías que querían secuestrarlos.

Los cruces informales se han tolerado durante tanto tiempo que se han convertido en un pilar de la economía de la frontera sur. Los guatemaltecos revenden los productos mexicanos en el otro lado, innumerables bares y salones de baile operan en el lado mexicano donde trabajan mujeres centroamericanas.

«La tolerancia es porque los gobiernos saben que ayuda a la gente», indicó Moisés Morán, un camionero guatemalteco. «Todos los que vivimos aquí alguna vez hicimos algo ilegal, yo lo hice».

Sin embargo, las detenciones han aumentado. A finales de junio, el Instituto Nacional de Migración informó que en el primer semestre del año detuvieron a 10 mil 505 menores migrantes, más que en todo el 2013. Las deportaciones mensuales aumentaron dramáticamente en mayo, casi al triple comparado con enero.

Para muchos, la mejor oportunidad de llegar el norte es el tren. Sin embargo, incluso aunque los funcionarios impidan subirse a La Bestia, no es el único camino para atravesar México. Los migrantes que tienen dinero para pagar a los contrabandistas viajan en coche o autobús.

Darwin Ernesto Ramírez, un emigrante hondureño de 28 años, ya está enterado de los rumores sobre La Bestia. Antes de treparse el tren dijo: «No creo que pueden parar esto, muchos lo vamos a esperar más adelante».

Por su parte, Víctor Clark, director del Centro Binacional de Derechos Humanos, en Tijuana, opinó que México va a ceder a las presiones.

«Me da la impresión de que México va a tener una frontera semicerrada para poder cumplir con las presiones norteamericanas de garantizar que el Gobierno cumple con su papel».

Sin embargo, agregó que esto «luego va a tener un efecto inmediato en el costo de los coyotes… en el aumento de los precios que cobran».

«La tolerancia es porque los gobiernos saben que ayuda a la gente. Todos los que vivimos aquí alguna vez hicimos algo ilegal, yo lo hice».
Moisés Morán
Camionero guatemalteco

«Me da la impresión de que México va a tener una frontera semicerrada para poder cumplir con las presiones norteamericanas de garantizar que el Gobierno cumple con su papel».
Víctor Clark
Centro Binacional de Derechos Humanos