Rincón LITERARIO



A los Cuchumatanes

Juan Diéguez Olaverri

¡Oh cielo de mi Patria!

¡Oh caros horizontes!

¡Oh azules, altos montes;

oí­dme desde allí­!

La alma mí­a os saluda,

cumbres de la alta sierra,

murallas de esa tierra

donde la luz yo vi!

Del sol desfalleciente

a la última vislumbre

vuestra elevada cumbre

postrer asilo da:

cual débil esperanza

allí­ se desvanece

ya más y más fallece:

y ya por fin se va.

En tanto que la sombra

no embargue el firmamento

hasta el postrer momento

en vos me extasiaré;

que así­ como esta tarde,

de brumas despejados,

tan limpios y azulados

jamás os contemplé.

¡Cuán dulcemente triste

mi mente se extasí­a,

oh cara Patria mí­a,

en tu áspero confí­n!

¡cual cruza el ancho espacio,

ay Dios, que me separa

de aquella tierra cara

de América el jardí­n.

En alas del deseo

por esa lontananza,

mi corazón se lanza

hasta mi pobre hogar.

¡Oh, dulce madre mí­a

con cuanto amor te estrecho

contra el doliente pecho

que destruyó el pesar!