Rincón LITERARIO



El paciente inglés

(fragmento)

Michael Ondaatje

poeta canadiense

Cuando jóvenes, no nos miramos en los espejos. Lo hacemos cuando somos viejos y nos preocupa nuestro nombre, nuestra leyenda, lo que nuestras vidas significarán en el futuro. Nos envanecemos con nuestro nombre, con el derecho a afirmar que nuestros ojos fueron los primeros en ver determinado panorama. Al envejecer es cuando Narciso desea una imagen esculpida de sí­ mismo.

(…)

Sólo al deseo se debí­a que la historia errara, vacilase como la aguja sin brújula…Una mente viajando por el Este y el Oeste disfrazada de tormenta de arena.

(…)

Una historia de amor no versa sobre aquellos cuyos corazones se extraví­an, sino sobre quienes tropiezan con ese hosco personaje interior y comprenden que el cuerpo no puede engañar a nadie ni nada: ni la sabidurí­a del sueño ni el hábito de la cortesí­a. Es un consumirse de uno mismo y del pasado.

(…)

Amor mí­o te sigo esperando. Cuánto dura un dí­a en la oscuridad…¿Una semana? El fuego se ha apagado y empiezo a sentir un frí­o espantoso. Deberí­a arrastrarme al exterior pero entonces me abrasarí­a el sol. Temo malgastar la luz mirando las pinturas y escribiendo estas palabras. Morimos, morimos, morimos ricos en amantes y tribus y sabores que degustamos en cuerpos en que nos sumergimos como si nadáramos en un rí­o. Miedos en los que nos escondimos como esta triste gruta. Quiero todas esas marcas en mi cuerpo. Nosotros somos los paí­ses auténticos, no las fronteras marcadas en los mapas con los nombres de hombres poderosos. Sé que vendrás y me llevarás al palacio de los vientos. Solo eso he deseado, recorrer un lugar como ese contigo. Con nuestros amigos, una tierra sin mapas. La lámpara se ha apagado y estoy escribiendo a oscuras».