Rincón LITERARIO



Soledad

Luis Cardoza y Aragón

Solo está el hombre.

Solo y desnudo como al nacer.

Solo en la vida y en la muerte solo,

y solo en el amor,

con su sueño, su sombra y su deseo

-ángeles inclementes-

anegado de soledad y de alegrí­a.

¡De alegrí­a! desnuda soledad,

como la del dolor y del misterio.

Cuando el tiempo es tan puro que inmóvil se ha callado

en el fondo del alma,

para que no lo empañe ni el suspiro de un ángel;

cuando su transparencia ilumina la muerte

y lúcida sonrí­e con su tierna aspereza;

cuando nada ni nadie nos retiene ni sacia

y es la vida voluntario olvido,

desmayada insolencia,

tu pasión me congrega, soledad,

pasión de desahuciado, pasión de siempre viudo,

oh diosa de piedad humana,

oh mi siempre virgen joven madre,

y con la sangre ciega del silencio

maduramos el fruto de la flor del sueño,

siempre viva.

Solo está el hombre,

con su sueño, su sombra y su deseo.

Llega a ti, soledad,

dulcemente herido por la esperanza,

buscando el polvo de oro de tus mares más jóvenes,

consuelo a su abandono,

refugio a la ignorancia de su alma.

La piedra tiene compañí­a,

pero el hombre busca su patria.

La flor del sueño, siempreviva.

¡Siempre viva!

Y no hay fruto ni tierra prometida.