La premio Nobel de la Paz en 1992, Rigoberta Menchú, candidata a las elecciones presidenciales guatemaltecas de septiembre, promete un gobierno pragmático y «humilde», con una prioridad social y el compromiso de estar al servicio del pueblo.
«La prensa se burla de los indígenas, se burla de mí. Dicen que Rigoberta Menchú es fea y no estará a la altura, dicen que una mujer no puede gobernar Guatemala, pero estamos hartos de este racismo y sexismo», declaró la candidata en una entrevista al diario Le Figaro publicada hoy.
La aspirante a presidenta recalcó que cuenta con «los indígenas, las mujeres y los jóvenes» para ser elegida.
«En Guatemala un 50% de la gente no va a votar porque no sabe por quién hacerlo. Queremos despertar ese voto dormido y si hace falta iremos pueblo por pueblo», prometió.
Según Menchú, su candidatura se debe a un deseo de «ponerse al servicio de los guatemaltecos».
«Cuando gané el premio Nobel, recorrí el mundo dando conferencias, pero las conferencias no cambian el mundo. Hoy quiero pasar a la acción», explicó.
Menchú subrayó que no desea «poner una etiqueta» a su idea de gobierno y recordó que en Guatemala se han «cometido muchos crímenes en nombre de las ideologías, sean de derecha o de izquierda».
«Soy ante todo una mujer pragmática (…) La prioridad de mi gobierno será social. Queremos que nuestra economía no sirva sólo para exportar guatemaltecos hacia Estados Unidos, como ocurre hoy», aseguró.
La premio Nobel de la Paz explicó por ejemplo que no se opone a un tratado de libre comercio con Estados Unidos, pero sí rechaza que el 90% de los ciudadanos no sepa en qué consiste.
Con respecto a la reciente gira del presidente norteamericano, George W. Bush, por América Latina, Menchú subrayó que es un dirigente que «no se interesa por los problemas de Guatemala».
«Los presidentes estadounidenses no bajan de sus tronos. Cuando se interesaron por Guatemala en los años 50 fue sólo para organizar un golpe de Estado», concluyó.