Riesgos coincidentes: ¿rareza o negociación?


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Todo parece extraño, todo se mira raro. Algo pasó, parece que la creación del Comité de Crisis entre la cúpula del actual Gobierno y el CACIF, permitió establecer en común acuerdo aquellos peligros cercanos y comunes a ambos interlocutores, para llegar a acuerdos específicos que permitieran terminar con esa condición de peligrosidad en ciernes.

Juan José Narciso Chúa


Igualmente, la creación de este foro, permitió que el Presidente Pérez distendiera sus problemas con las élites por medio de acuerdos básicos, pero trascendentales para ambos en términos del futuro.  Una mesa con aparentes simplezas y acuerdos también básicos pero donde ambos se sienten mutuamente preocupados, principalmente aquellos “pasos de animal grande”, así como las presiones son de diferente fuerza pero las consecuencias sí atañen a ambos, pues quiebran el “pacto de silencio” y continua colusión que se ha mantenido durante casi todo el período democrático y que ha redituado a ambos.

Puestos sobre la mesa, como si fueron objetos de colección -sólo que esta vez representaban auténticas piezas de caza-, las más cercanas y otras representaban refugios de futuros asegurados sin mayores problemas.  Entre las piezas de caza se tenía la elección de Fiscal del Ministerio Público, como primer objetivo; la decisión sobre el candidato de las élites, como segundo objetivo; el sabor amargo del desenlace del expresidente Portillo y sus ulteriores impactos políticos acá, como un último elemento a quitar de la mesa.

El caso del nuevo fiscal del MP, resulta inquietante para ambos por las aristas que representa.  Primero, porque la candidatura de la actual fiscal pone en un enorme predicado al actual gobernante, porque sabe del apoyo social que tiene y el beneplácito de gobiernos y organismos internacionales y segundo, porque aquellos grupos que persisten en el estado actual de cosas presionan para un cambio para retomar el control de esa institución y evitar lo que les ha pasado recientemente con el juicio de genocidio, los procesos a un jefe de seguridad de una minera y otros que los ha escandalizado y puesto en aprietos y se asustan más cuando piensan qué pasaría si el balance cambiara en la Corte de Constitucionalidad –bastión de las decisiones salvadoras del statu quo-.  El hecho de cambio de cronograma pareciera raro también, en este contexto confuso pero claro a la vez, que podría generar una sorpresa un poco antes de la semana santa o durante ella, así como ocurrió con el contrato aquél de la portuaria el año pasado.

La otra pieza resultaba sumamente importante para la actual cúpula de gobierno.  La bendición de Alejandro Sinibaldi como candidato del sector económico organizado y así abatir ambos a uno de sus más fieros contendientes, pero principalmente uno de sus mayores peligros.  El candidato no goza de la total confianza del empresariado porque no lo consideran serio, sino al contrario díscolo y ese comportamiento podría generarles roces e incluso rompimientos que fracturarían el viejo y oligarca proyecto, en donde todas las instituciones deben ser favorables al statu quo, ninguna oposición es válida, por mínima que parezca.

¿Y los acuerdos?, fácil.  Primero, no nombrar a la actual Fiscal a cambio de apoyar al delfín naranja y con ello ambos salen del escollo que significa el candidato Baldizón; ¡ah!, pero no queda ahí, también es necesario entrarle un poco a los intereses y acá se perfila el segundo.  Apoyar la Ley de Inversión y Empleo por parte del Gobierno y las élites apoyan las modificaciones a la legislación laboral, con una pequeña asimetría; los cambios a las regulaciones laborales deben ser blandos y ambiguos, únicamente para satisfacer a la OMC, mientras que la Ley de Inversión y Empleo plantea enormes exoneraciones fiscales tanto del IVA como del ISR para el empresariado.

El gobernante asegura su futuro y abona para el de su candidato y las élites apuestan por mantener los privilegios, asegurar la continuidad y nada por el cambio.  Un desbalance que a todos beneficia, menos a la sociedad y a nosotros.