“Ricardo Méndez Ruiz: Crónica de una vida” (II)


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En el documento publicado se evidencia el criticable proceder político de los generales Carlos Arana, Kjell Eugenio Laugerud, Romeo Lucas García y Ángel Aníbal Guevara, proceder que hizo pasar a la mayoría de ministros de la Defensa a presidentes de la República, lo que sin duda alguna deterioró la situación política nacional.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com


Relata cómo los oficiales, profesores y alumnos de la Escuela de Comando y Estado Mayor asumieron la organización y dirigencia –en una gran parte– de la ayuda que Guatemala recibió los primeros 100 días, a raíz del terremoto del 4 de febrero de 1976, evidenciándose nuevamente la eficiencia y profesionalismo del Ejército, hecho que logró una rápida recuperación a los miles de guatemaltecos afectados.

En el documento se evidencia la delicadísima situación que en 1981 y 1982 llegó a existir en parte del país, con el gran desarrollo que la guerrilla –en sus diferentes facciones– obtuvo en varias áreas, acercándola a casi tener control absoluto de la población civil y el territorio. En esa época, Ricardo fue nombrado comandante de la región de Alta y Baja Verapaz, a la cual meses después se le adicionó Ixcán, Quiché, situación que implicó que tuviera bajo su mando a 9 mil elementos de tropa y más de 200 oficiales, que con su entrenamiento, valor y perseverancia derrotaron a los guerrilleros que casi dominaban esos territorios, recobrando así el control para el Estado, lo que implicó el permanente retroceso de la guerrilla, como se comprueba en los diferentes documentos escritos por Ricardo Falla, Pedro Palma Lau, Gustavo Porras y otros conocidos comandantes de la guerrilla de esa época.

Los últimos capítulos del libro de Ricardo Méndez Ruiz relatan el Gobierno que se produjo a partir del 23 de marzo de 1982, su positiva evolución social y política, bajo la responsabilidad del general Efraín Ríos Montt y la traición que se dio bajo la dirigencia de Héctor Gramajo, Rodolfo Lobos Zamora, Jaime Hernández, quienes velando por sus intereses personales depusieron o según ellos relevaron del mando al general Efraín Ríos Montt, aun así no pudieron cambiar el calendario y la entronización de los gobiernos democráticos, que con sus ventajas y desventajas continúan siendo el presente político del país.

En todo caso, el documento es valioso para la historia del país porque sin él no se conocerían hechos y situaciones tan importantes como las que Ricardo Méndez Ruiz relata y fundamenta por conocimiento propio, de no hacerlo no se tendría más que la versión que algunos miembros de la guerrilla y/o sus simpatizantes han escrito para que la versión que el mundo conozca sea la que a ellos les conviene.

Es de esperar que este documento tan valioso sea emulado por más guatemaltecos y así el conocimiento de la ciudadanía sea adecuado y que como consecuencia de ello se respete a las personas de las generaciones a las que esas épocas se refiere.

Ricardo evidencia sin duda de ninguna especie su amor, su lucha porque Guatemala evolucione, señala las enormes injusticias salariales, económicas y sociales que han hecho que nuestro país sea cultivo adecuado para la insatisfacción y protesta de los más necesitados. También evidencia cómo han sido de abusadas y maltratadas las diferentes etnias de nuestro país, hecho que no puede continuar como él bien lo señala. Nadie que lea el documento puede decir que Ricardo Méndez Ruiz es un hombre de extrema derecha o izquierda, un político partidario, es un guatemalteco, un ciudadano, un soldado que quiere lo mejor para su patria, por supuesto ello implica justicia social y económica para todos.
¡Guatemala es primero!