Ricardo Méndez Ruiz: “Crónica de una vida” (I)


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Efectúo un paréntesis en la secuencia de opiniones bajo el título “Cara a cara Presidente” para referirme al libro que de manera fundamentada ha escrito y publicado mi amigo, mi compañero oficial en la Escuela Militar de Equitación, en 1960-1961, el coronel en retiro, Ricardo Méndez Ruiz Rohrmoser, quien de forma amena y fidedigna ha descrito los muchos años que sirvió a Guatemala a través del Ejército, desde su ingreso como cadete a la Escuela Politécnica y su retiro anticipado mediante un subterfugio que utilizara para su provecho personal el también compañero oficial en la época de subtenientes Héctor Gramajo, que se retiró como General y falleciera trágicamente.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com


El libro, con el respeto debido, yo le hubiera titulado “Crónica de vida de un soldado”, indudablemente quienes lo lean comprobarán el ejemplo de vida de soldado, de hombre que él vivió bajo los principios del compañerismo, “el deber, el honor y la gloria”.

El documento se inicia con la vida del niño y del adolescente que decidió a muy temprana edad abrazar la carrera de las armas para lo cual ingresó a la centenaria y gloriosa Escuela Politécnica, donde cursó cuatro años que se vieron interrumpidos por el 2 de agosto de 1954, fecha en la cual la compañía de caballeros cadetes consideró mancillado su honor y procedió a defenderlo, a rescatarlo en los campos del Hospital Roosevelt, donde se acuartelaba el denominado Ejército de Liberación. Como es sabido históricamente, el precio que pagaron los cadetes y un número de oficiales fue con la vida o el verse sujetos a un año de cárcel acusados de sedición y rebelión, delitos que fueron procedentemente amnistiados en 1955.

Fue a partir de esas fechas que Ricardo Méndez Ruiz Rohrmoser y Juan Ortiz Mayen fueron enviados con beca a la Escuela de Carabineros de Chile, donde egresaron como oficiales con una excelente formación adicional que se mantuvo y reflejó en todos los actos de su vida profesional como soldado.

Conocí a Ricardo y a Juan cuando fui trasladado, a mediados de 1960, de la Segunda Zona Militar Zacapa a la Escuela Militar de Equitación donde ellos me decían de forma positiva y cariñosa, el traslado hizo que Paco Reyes fuera a caer en medio de dos “pacos”, sobrenombre que se utiliza en Chile al referirse a los carabineros. Desde esa fecha nace mi estima y respeto por ambos oficiales: Ricardo y Juan, quienes me honraron siendo padrinos en mi matrimonio religioso.

El tiempo nos separó, nuevamente coincidimos como parte del gobierno de la República que presidió José Efraín Ríos Montt, en 1982-1983, cuando Ricardo fue ministro de Gobernación y a mí me correspondió ser Gerente e interventor del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.

El documento escrito por Ricardo hace pública su trayectoria dentro del Ejército, parte de la cual yo no conocía. Refiere que como subteniente y teniente -en la Zona Militar de Puerto Barrios- le correspondió entrenarse, ser parte activa de la lucha contra el movimiento subversivo o guerrillero que dirigió nuestro compañero, el teniente Marco Antonio Yon Sosa y cómo los oficiales destacados en el departamento de Izabal fueron los primeros en foguearse y experimentarse en esa lucha que se prolongara durante 36 años.

Es positivo ver el profesionalismo del Ejército que respondió a los requerimientos del Estado, también es elogiable ver el respeto profesional que se tenía a los insurgentes, quienes se fueron profesionalizando en su lucha política por obtener el control y el poder en nuestro país.

¡Guatemala es primero!
Continuará.