China -uno de los países más contaminantes del planeta- anunció hoy por primera vez una meta cuantificada de sus reducciones de gas de efecto invernadero, tras los objetivos anunciados la víspera por Estados Unidos.
A diez días de la conferencia de Copenhague sobre el clima, el gobierno de Pekín indicó su intención de reducir en 2020 la «intensidad carbónica» (emisiones por unidad de Producto Interno Bruto, PIB), de 40 í 45% respecto al nivel de 2005.
«Es una acción voluntaria tomada por el gobierno chino en función de las condiciones del país y una contribución importante a los esfuerzos mundiales para luchar contra el cambio climático», declaró el Consejo de Estado (gobierno), citado por la agencia oficial China Nueva.
Pekín también informó que el primer ministro Wen Jiabao asistirá a la reunión de Copenhague, que sesionará del 7 al 18 de diciembre, «para demostrar la gran importancia que el gobierno chino confiere a este asunto».
La Casa Blanca anunció la víspera que el presidente Barack Obama participará en la cumbre de la capital danesa, donde anunciará que Estados Unidos está dispuesto a reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero en un 17% en 2020, en un 30% en 2025 y en un 42% en 2030 respecto a los niveles de 2005.
En septiembre, el presidente chino Hu Jintao ya se comprometió a reducir «de forma notable» el crecimiento de las emisiones de CO2 de su país por punto de PIB de aquí a 2020, pero sin dar entonces cifras precisas.
Brasil, cuarto emisor mundial de gases con efecto invernadero, fue el primer país emergente en proponer a mediados de noviembre reducciones concretas de sus emisiones, de un 36% a un 39% hasta 2020. La mitad de ese esfuerzo será cumplido con un recorte de 80% de la deforestación de la selva amazónica.
Este mismo jueves, los presidentes de Brasil, Venezuela, Guayana y Francia, así como representantes de los otros países amazónicos, se reúnen en Manaos, en pleno corazón de la Amazonía brasileña, para elaborar una propuesta conjunta a llevar a la cumbre de Copenhague, con la mira puesta en salvar a la mayor selva tropical del planeta.
Francia participa en ese encuentro por tener un territorio en la Amazonía, la Guayana francesa.
Los países de la Mancomunicad Británica (Commonwealth) también fijarán una postura común ante la conferencia de Copenhague, en una cumbre que celebrarán el viernes en Puerto España con la asistencia del secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon.
Pero por ser los dos países mas contaminantes del planeta, China y Estados Unidos son sin duda los actores clave de la Conferencia de Copenhague.
En este contexto, el anuncio chino de cuantificar sus metas fue saludado como un «paso muy positivo» por Greenpeace, aunque la organización ecologista estimó que el gigante asiático podría haber «hecho mas».
China es el primer emisor de gas de efecto invernadero, pero rehusa fijarse objetivos vinculantes de reducción de emisiones contaminantes, para no afectar el crecimiento económico en un país donde aún hay varios millones de personas que viven en la pobreza.
Al hablar de reducir sus emisiones por punto porcentual de su PIB- y no de reducción global- China subraya así que su prioridad sigue siendo el crecimiento económico.
De forma sistemática, China pide a los países industrializados que asuman sus «responsabilidades históricas» en la contaminación del planeta, financiando transferencias de tecnología «limpia» hacia los países en desarrollo.
Pekín ya había proclamado su intención de reducir en un 20% sus emisiones contaminantes por unidad de su PIB en el periodo 2006-2010. Pero según Wu Changhua, directora para China del Climate Group, el país asiático sólo llegaría a un 18% de reducción en el periodo 2006-2010, y gracias en parte a la ralentización económica que generó la crisis financiera.