Pese a que Claude Monet es uno de los artistas más conocidos y estudiados en el mundo, Londres aspira a cambiar la visión que se tiene del creador con una exposición que devela que el pintor, que conjuró como ninguno otro la luz y el color, vivió obsesionado por el dibujo.
«El Monet desconocido: pinturas al pastel y dibujos», que abre el sábado en la Royal Academy hasta el 17 de junio, incluye varias obras de algunas de las series más famosas del artista impresionista, como los «nenúfares», que son instantáneamente reconocidas en todo el mundo por su colorido único.
Pero la originalidad de esta pequeña exposición «es que demuestra que Monet vivió toda su vida obsesionado por el dibujo, y que el pintor fue también un gran dibujante», subrayó James H. Ganz, uno de los curador de la muestra, que incluye unas 80 obras provenientes de museos de Europa, Estados Unidos y Japón.
«Les presento a Oscar Monet», exclamó Ganz, al presentar a la prensa una serie de caricaturas que demuestran el excepcional dominio del trazo que tenía desde joven el artista nacido en París en 1840 y que creció en Normandía (norte de Francia), donde murió en 1922, convertido en un maestro mundialmente consagrado.
Monet -que firmó esas caricaturas con su primer nombre, Oscar, que luego abandonó- necesitaba vender para sobrevivir, lo que no era el caso de artistas como Manet y Degas, que provenían de familias acomodadas. «Y esas caricaturas le aportaron fama y fortuna», dijo Ganz.
Monet ahorró el dinero que recaudó con sus caricaturas y partió a París, en 1860, donde su primera obra publicada fue justamente una caricatura.
Otro de los curadores de la exhibición, Richard Kendall, subrayó que Monet prefirió siempre pasar bajo silencio la obsesión febril que tuvo desde niño con el dibujo y no hablar de sus trabajos gráficos.
«Buscaba proyectar una imagen de un artista espontáneo, que pintaba los reflejos de la luz en la naturaleza», explicó Kendall.
Pero la verdad es que Monet dibujó durante todas las etapas de su larga carrera: desde los cuadernos que llenaba en su adolescencia en Normandía, pasando por grabados y caricaturas satíricas, hasta sus paisajes del río Támesis, en Londres, donde se fusionan el color y la línea, dijo.
Kendall enfatizó además que «otro de los grandes secretos» de Monet son sus pinturas al pastel, por lo que la muestra se centra también en este aspecto poco conocido de su obra.
Monet exhibió sin embargo siete de sus pinturas al pastel en el primer Salón Impresionista, en 1860 en París, donde presentó también el famoso óleo «Impression, soleil levant» (Impresión, amanecer), que dio nombre a uno de los movimientos más famosos en la historia del arte: el impresionismo.